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Extremadura es un escenario único para celebrar el solsticio de verano. Aquí tienes 10 lugares especiales donde el día más largo se transforma en estrellas
17 June 2025
Cuando el Sol se despide en su punto más alto del año, los cielos de Extremadura se preparan para uno de los espectáculos más mágicos de la naturaleza: el solsticio de verano. Este 21 de junio, mientras el astro rey culmina su viaje en el horizonte noroeste, la región —con su privilegiada oscuridad natural y su profunda conexión ancestral con los astros— ofrece rincones ideales para vivir el cambio de estación desde la emoción del atardecer hasta el asombro estelar. ¿Preparado para un viaje del crepúsculo a las constelaciones?
Uno de los dólmenes de corredor más impresionantes de la Península Ibérica. Su imponente estructura megalítica, perfectamente conservada, está orientada hacia el este, lo que sugiere un vínculo simbólico con la salida del sol, aunque no específicamente solarsticial. Aun así, el entorno abierto y libre de contaminación lumínica, junto con su atmósfera ancestral, lo convierten en un lugar ideal para recibir el verano como lo hacían nuestros antepasados: entre piedras sagradas y cielo limpio.
Crédito: Diego J. Casillas para Turismodeestrellas.comUn lugar donde la espiritualidad y el cosmos se dan la mano. Esta iglesia visigoda del siglo VII —única en el sur de la Península— se alza sobre una loma con orientación este-oeste perfectamente alineada con los solsticios, lo que ha generado interés arqueoastronómico por su posible relación con cultos solares precristianos. Desde su mirador natural se disfruta del atardecer del solsticio en todo su esplendor, y cuando cae la noche, la soledad del entorno permite contemplar el cielo como lo hacían los antiguos monjes y caminantes.
Este castillo, colgado sobre el embalse homónimo, es uno de los mejores miradores naturales de Extremadura. Su ubicación elevada lo convierte en un palco perfecto para seguir la trayectoria solar del 21 de junio y, ya en la noche, gozar de uno de los cielos más limpios de la provincia.
Crédito: Diego J. Casillas para Miextremadura.comLa “capital megalítica” de Extremadura cuenta con una de las mayores concentraciones de dólmenes de Europa. Muchos de ellos están orientados según patrones astronómicos relacionados con los solsticios y equinoccio. A la caída del sol, estos monumentos parecen revivir sus antiguos rituales, y al caer la noche, los cielos oscuros de la Raya lusa ofrecen un cielo impresionante.
En lo alto de la Sierra del mismo nombre, esta fortaleza de origen islámico es una auténtica atalaya solar desde la que dominar el horizonte. Su orientación natural y altura —a más de 800 metros— permiten disfrutar del atardecer del solsticio en todo su esplendor, con una visión panorámica del oeste extremeño. Pero lo más mágico llega con la noche: sin apenas contaminación lumínica y con una altitud que despeja el horizonte, la Vía Láctea aparece como una corona celeste sobre la vieja muralla, en una simbiosis entre historia y estrellas difícil de igualar.
Crédito: Diego J. Casillas para Turismodeestrellas.comEste sorprendente equilibrio natural de piedras graníticas —un enorme bloque que parece moverse con un simple toque— se encuentra en plena Sierra de Montánchez, un enclave natural con valores paisajísticos y astronómicos excepcionales. Aquí, el atardecer del solsticio se cuela entre encinas y canchales, proyectando sombras que parecen marcadas por el tiempo, mientras la noche descubre uno de los cielos más limpios del centro de Extremadura. Ideal para una experiencia que combine geología, mitología local… y constelaciones.
En el noroeste extremeño, esta sierra es una joya aún por descubrir para muchos astroturistas. Aquí, pueblos como Trevejo, en realidad una aldea de a penas una decena de habitantes, permiten disfrutar del solsticio en entornos de arquitectura popular, con puestas de sol de postal, y cielos que, precisamente ahora, están en proceso de ser certificados por la Fundación Starlight.
Crédito: Turísmodeestrellas.comEste enclave, en plena comarca de Tierra de Barros, se está posicionando como un nuevo punto emergente para el astroturismo en Extremadura, gracias a su localización apartada, su patrimonio industrial rehabilitado y la calidad de su cielo nocturno. Desde sus explanadas abiertas se puede seguir con claridad la trayectoria solar en el ocaso del solsticio, y después dejarse envolver por un cielo tachonado de estrellas.
Solsticio desde el poblado minero de Santa Marta / Crédito: Diego J. Casillas para Turismodeestrellas.comEn la confluencia de naturaleza salvaje, cielo limpio y tradición rural, este mirador en pleno Geoparque Villuercas-Ibores-Jara ofrece una de las mejores vistas al atardecer del occidente extremeño. Desde este balcón natural, el sol del solsticio de verano se esconde entre sierras y valles, tiñendo el cielo de naranjas y púrpuras, mientras las aguas del Almonte reflejan sus últimos destellos. Al llegar la noche, el mirador se transforma en un excelente punto de observación astronómica.
La Siberia extremeña es una de las comarcas más despobladas y silenciosas de Europa, reconocida por la UNESCO. Aquí, entre Magacela y Esparragosa de Lares, se encuentra la llamada "Montaña Mágica". Los atardeceres aquí son infinitos, reflejados en su embalse, y la noche no tiene competencia: cielos oscuros, densamente estrellados, y sin contaminación lumínica. Ideal para rituales íntimos de bienvenida al verano.
Crédito: Turísmodeestrellas.comEn Extremadura, el solsticio de verano no es solo un evento astronómico: es una cita con nuestra historia, con los pueblos que antes que nosotros alzaron la vista al cielo para entender los ciclos de la vida. En estos lugares —dólmenes, fortalezas, basílicas, embalses y montañas— el 21 de junio se transforma en un canto a la luz, al calor, y sobre todo a la belleza de la noche.
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