El 21 de junio tiene lugar el solsticio. Te contamos su significado, algunas curiosidades científicas y cómo lo celebran diferentes culturas del mundo.
16 June 2025
El 21 de junio de 2025 a las 02:42 (UT) tendrá lugar el solsticio de verano en el hemisferio norte y el solsticio de inverno en el hemisferio sur, un momento clave del calendario astronómico que también encierra siglos de tradición y espiritualidad. Desde monumentos megalíticos hasta rituales modernos, la humanidad ha mirado al cielo en esta fecha con asombro. Te contamos su significado, algunas curiosidades científicas y cómo lo celebran diferentes culturas del mundo.
El término "solsticio" proviene del latín solstitium, que significa "sol quieto". Astronómicamente, el solsticio de junio se produce cuando el eje de la Tierra se encuentra inclinado en su punto máximo hacia el Sol, alcanzando una inclinación de 23,5º. En ese instante, el hemisferio norte recibe la mayor cantidad de luz solar del año. Y el hemisferio sur está más alejado del sol.
Este año, el solsticio de verano tendrá lugar el 21 de junio de 2025 a las 02:42 UT (04:42 hora oficial peninsular española), marcando oficialmente el inicio del verano en esta parte del planeta. Aunque solemos hablar del “día más largo del año”, en realidad el solsticio es un instante astronómico. Esta hora exacta puede variar según el huso horario. Es común encontrar menciones al 20 o al 21 de junio en otras regiones del mundo dependiendo del meridiano local.
Puedes consultar todos los datos técnicos en el calendario astronómico del IGN.
El sol recorre su arco más largo del año, permaneciendo más tiempo sobre el horizonte.
En el Polo Norte, el Sol no se pone en todo el día. Se produce el famoso “sol de medianoche”.
En el Ecuador, en cambio, los días tienen casi la misma duración todo el año, por lo que el solsticio apenas se percibe.
En ciudades como Madrid, el 21 de junio de 2025 el Sol saldrá alrededor de las 6:44 y se pondrá sobre las 21:49, regalando más de 15 horas de luz.
Aunque el solsticio marca el inicio del verano, no suele coincidir con el día más caluroso del año, debido al retraso térmico que acumula la atmósfera terrestre.
Los solsticios han sido venerados desde tiempos antiguos. Civilizaciones como la celta, la egipcia, la maya o la inca desarrollaron complejos sistemas de observación solar y estructuras alineadas con el Sol para marcar estos momentos cruciales del año.
En Stonehenge (Reino Unido), los rayos del solsticio de verano se alinean con el eje de piedra principal en el amanecer.
En Chichén Itzá (México), el templo de Kukulkán, aunque más conocido por su fenómeno equinoccial, también está relacionado con el ciclo solar agrícola.
En el Templo de Karnak (Egipto), la arquitectura monumental está alineada con la salida del Sol durante los solsticios.
En Tiwanaku (Bolivia), los aimaras celebran el solsticio de invierno con danzas, ofrendas y rituales en honor al nuevo Sol.
En China, el solsticio de verano se asociaba al principio yin, vinculado a lo femenino y a la luna.
En Japón, aún se celebran los himatsuri, festivales de fuego para agradecer la energía solar.
Si quieres saber más sobre cómo los antiguos interpretaban el ciclo solar, puedes leer este artículo de la doctora en arqueoastronomía Andrea Rodríguez Anton en Turismo de Estrellas: “Solsticio de junio: de los cultos solares a la ciencia (y viceversa)”.
Hoy en día, muchas culturas aún celebran el solsticio con rituales que mezclan tradición, naturaleza y astronomía:
En España, el solsticio se vincula con la Noche de San Juan, que tiene lugar el 23 de junio. Se encienden hogueras, se saltan fuegos y se bañan a medianoche como símbolo de renovación y buena suerte.
En los países nórdicos como Suecia, Noruega o Finlandia, el Midsommar es una de las festividades más importantes del año. Se decora con flores, se baila alrededor de mástiles y se comparte comida tradicional.
En América del Sur, en el hemisferio sur, el Inti Raymi conmemora el solsticio de invierno andino (junio), una gran fiesta inca dedicada al dios Sol.
Aunque cada cultura lo vive de forma distinta, el solsticio de junio sigue siendo un momento para detenerse, mirar al cielo y celebrar la luz. Un fenómeno astronómico con poder simbólico, natural y espiritual, que nos recuerda —ayer y hoy— que el Sol no solo da vida, también marca el tiempo y guía nuestros ciclos vitales.
Y si quieres más inspiración sobre cómo vivir este momento tan especial, echa un vistazo a las propuestas que hemos recopilado en nuestra hemeroteca sobre el solsticio.