Parques nacionales, rincones escondidos y una ruta sobre la ciencia son los grandes atractivos de Cuba para el turismo de estrellas.
02 July 2024
El clima tropical, húmedo y semicontinental proporciona a este archipiélago caribeño una diversidad natural que se refleja en sus regiones. Hablamos de Cuba y su naturaleza que se compone de ecosistemas costeros, montañosos, semidesiertos o propios de la ciénaga; llanuras y mogotes, ríos, cuevas y valles, dibujando la geografía cubana de múltiples colores.
Parques nacionales, complejos comunitarios como el de Las Terrazas, jardines botánicos, sitios patrimoniales, reservas protegidas, están poblados de una flora y fauna llena de matices con una rica historia evolutiva en sus especies, según describe la propia web oficial de Cuba Travel.
Siendo la naturaleza su gran atractivo, no es noticias que la observación de aves, el senderismo, el buceo, la pesca deportiva, las cabalgatas al aire libre, el espeleoturismo, el cicloturismo o el turismo rural, sean algunas de las múltiples opciones turísticas en Cuba, donde el turismo de estrellas está ganando un importante peso.
La oscuridad nocturna, la contaminación lumínica provocada de manera artificial, la transparencia atmosférica, la nitidez y el por ciento de noches despejadas son algunos de los parámetros que se tienen en cuenta para medir la calidad del cielo de una determinada región geográfica, para hacer observaciones cósmicas.
Estos valores son agrupados y en función de las cifras obtenidas se obtiene una clasificación en la escala de Bortle. Cabe recordar que la clasificación de cielo Bortle, también conocida como escala de Bortle, es un sistema utilizado para medir y describir la calidad del cielo nocturno en términos de su oscuridad y la visibilidad de objetos celestiales. Fue creado por el astrónomo John E. Bortle en 2001 y consta de nueve niveles que van desde el cielo más oscuro (nivel 1) hasta el cielo más afectado por la contaminación lumínica (nivel 9).
El nivel 1 de esta escala se describe como: Cielo oscuro excepcional. Solo se puede lograr en ubicaciones muy remotas, lejos de cualquier fuente importante de luz artificial. El cielo está lleno de estrellas y la Vía Láctea es extremadamente prominente.
En Cuba, Francisco González Veitía, investigador del Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA) realizó un estudio para determinar las variables astroclimáticas mencionadas en puntos específicos del archipiélago nacional.
Según las conclusiones del experto, postuladas XVI Taller Nacional: El espacio ultraterreste y su uso pacífico, arrojaron que el país todavía cuenta con algunas zonas donde pudiera desarrollarse esa actividad:
De acuerdo con el estudio el extremo oeste de Pinar del Río, con poblaciones como Guanacabibes y Punta Gorda, son los puntos más oscuros en Cuba. A su vez, resaltarán por su calidad de cielos nocturnos otras áreas del norte de esa provincia.
En el nivel 1 de la escala de Bortle también se encuentra el sur del municipio Isla de la Juventud y de la provincia de Matanzas. También el este de Guantánamo, y algunos puntos de Baracoa ocupan la misma posición en el modelo métrico.
En cuanto a espacios correspondientes con el escaño número 2 de la herramienta de clasificación resaltan el parque Nacional Alejandro de Humboldt, la reserva de la biosfera Baconao, el parque natural Montemar en las cercanías de la Ciénaga de Zapata y Viñales.
Por el contrario, La Habana alcanza el nivel 6 en la herramienta de medición. Es prácticamente imposible apreciar gran número de astros desde la capital, explicó González Veitía. El experto considera que el uso poco planificado de las luminarias públicas afecta a los ecosistemas, a las actividades económicas y a la propia salud humana.
No obstante, todavía hay sitios en Cuba con cielos nocturnos de mucha calidad. En ellos se podrían instalar telescopios ópticos con fines investigativos pero que también llamen la atención de viajeros foráneos interesados en la búsqueda de impresionantes imágenes de astros, concluyó el experto.
Los atributos arquitectónicos de La Habana Vieja son conocidos y encantan a miles de viajeros, que esperan encontrar en la zona más antigua de la ‘ciudad maravilla' a la historia misma, en sus muros y personajes típicos. Y aunque como hemos mencionado anteriormente, la capital no es el mejor lugar para observar el firmamento, sí que es cierto que es el sitio adecuado para informarse y aprenden sobre las estrellas en Cuba:
Los saberes humanos en la ciencia y la tecnología también son reconocibles en el centro histórico. Aquí existe una ruta por atracciones científicas y tecnológicas en esa hermosa zona habanera:
Hay un convento en una iglesia, que dentro guarda una increíble historia que no esperaríamos encontrar allí. El Observatorio de Belén en calle Compostela entre Luz y Acosta, tiene una moderna museografía para ilustrar sobre la evolución de la meteorología y la climatología en Cuba. Quien lo visite además conocerá sobre el observatorio astronómico, meteorológico y geomagnético que hubo allí durante casi 70 años.
Se ubica en una torre del añejo Convento de Belén, y está distribuido en cinco niveles, tres salas expositivas, una estación meteorológica y un observatorio astronómico activo. Entre las curiosidades está la réplica del ‘Meteorógrafo de Secchi’, utilizado en el observatorio desde 1883 hasta 1972 y traído por el padre catalán Benito Viñes Martorell (1837-1893), responsable del primer aviso de ciclón tropical documentado en la historia de la meteorología (1875).
También hay otros instrumentos clásicos de esta ciencia, como una veleta, un anemómetro, un termómetro y un pluviómetro. Pero lo más increíble es un simulador de tronados, una pequeña máquina que solo tiene similares en museos de ciencia de París y Barcelona.
Completa la colección un nefoscopio de espejo que permite observar el movimiento de las nubes por su reflexión y es utilizado para determinar el porcentaje de nubosidad dentro de la bóveda celeste; y un simulador de pararrayos con ilustraciones y efectos especiales para explicarles a los niños pequeños su funcionamiento.
Cerca del observatorio-museo de Belén está un dispositivo de ilusiones ópticas llamado la Cámara Oscura. En la Plaza Vieja encontramos una pantalla cóncava 1,80 metros de diámetro, sobre una base mecánica con contrapesos, cuyo movimiento vertical permite reflejar de forma bidimensional la vida en La Habana, como una película en vivo y en directo.
El periscopio está ubicado en una torre de 35 metros, por lo que las vistas de la ciudad son increíbles. La Cámara Oscura la construyó una compañía inglesa atendiendo al diseño de Leonardo Da Vinci, genio renacentista.
Este dispositivo juega con las ilusiones ópticas. En una habitación en penumbras se abre una pequeña lente por donde pasa la luz proyectando imágenes invertidas del exterior, sobre una superficie plana. El fenómeno fue descubierto por Aristóteles hace unos 2300 años y el artefacto lo construyó por primera vez Da Vinci en el siglo XV, de allí que esta atracción sea a la vez un pequeño pero hermoso homenaje a la historia de la ciencia occidental, a la creación en general.
Allí realizan una explicación; en español, francés, inglés e italiano; de la historia de la ciudad, todos los días de la semana entre las 8:30 de la mañana y las 5:30 de la tarde.
También en la Plaza Vieja, el Planetario se levanta como uno de los centros de divulgación científica más interesantes y modernos del país. Fue inaugurado en 2009 en homenaje al aniversario 400 de que el astrónomo italiano Galileo Galilei inventara el catalejo. Es el primer espacio museístico cubano dedicado a exponer el conocimiento sobre el espacio exterior. Allí hay una reproducción a escala del sistema solar y una simulación del Big Bang, la teoría que explica el posible origen del universo.
Allí, mediante las nuevas tecnologías e ingeniosos audiovisuales, puede realizarse un paseo por el Sol y un viaje astronáutico por galaxias de 6,500 estrellas.
Las cuatro plantas de la edificación se dividen en varias salas donde se explican la técnica cosmonáutica, la historia de las galaxias, y en una se representa el paisaje estelar. Telescopios, una biblioteca de astronomía con gráficos digitales, un teatro, y juegos interactivos, además de la certera guía de especialistas en astronomía y física, propician un excepcional acercamiento al universo justo en el corazón de La Habana Vieja.
Ahora que ya sabes toda la teoría, ¿te han entrado ganas de conocer las estrellas de Cuba?