Cómo minúsculos desplazamientos de las líneas espectrales revelaron lo que siempre estuvo allí. Un artículo de "Astrocápsulas", blog de la FAAE.
Alex Mendiolagoitia
14 October 2024 | Fuente: FAAE
Finales del siglo XX. Dos astrónomos de la Universidad de Ginebra se encuentran a 90 km al este de Avignon en el Observatorio de la Alta Provenza. Tienen los ojos clavados en la pantalla e impacientes esperan a ver los datos. Si su sospecha es cierta, su trabajo de largos meses de estudios previos los llevará a un descubrimiento histórico.
Desde tiempo inmemoriales el ser humano imaginó a las estrellas albergando otros mundos, con sus planetas y lunas, pero no había forma de confirmarlo. Ni siquiera la invención del telescopio allá por el siglo XVII logró obtener un resultado positivo.
Pero la incorporación de la espectroscopía, el análisis de la luz descompuesta de las estrellas, permitió avanzar en este campo. Ya en el siglo XIX varios astrónomos reclamaban haber descubierto un planeta alrededor de otra estrella, pero sus resultados fueron ampliamente rechazados por la comunidad científica.
En 1992, usando el radiotelescopio del observatorio de Arecibo en Puerto Rico, se confirmó la presencia de un planeta alrededor de un púlsar llamado PSR B1257+12 o Lich que gira sobre su eje 161 veces por segundo. Este histórico descubrimiento se complementó con el anuncio hecho el 6 de octubre de 1995 por Michel Mayor y Didier Queloz de la Universidad de Ginebra, pues habían descubierto desde el Observatorio de la Alta Provenza, por fin, un planeta alrededor de otra estrella, 51 Pegasi (hoy Helvetios). Este descubrimiento, les llevó a ganar el Premio Nobel...
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