El Pinacate, magia y estrellas en el desierto de Sonora

El Pinacate y Gran Desierto de Altar, con una superficie de 714 mil 556 hectáreas, es un lugar casi místico cuya belleza inusual ha llamado la atención no sólo los biólogos y turistas, sino también de los los aficionados a la astronomía al ser uno de los lugares más singulares del planeta practicar la observación de estrellas.

Criaturas atípicas, plantas únicas y características geológicas notables hacen de este territorio algo irrepetible. Un enclave en el que las estrellas son protagonistas tanto arriba como abajo, porque además de ser un lugar idóneo para la observación estelar por la oscuridad de su territorio, es el campo activo de dunas más grande de Norteamérica, incluidas sus particulares dunas en forma de estrella. Lo que puede llevar al visitante a pensar que se halla en el planeta Marte.

El Pinacate recoge una historia volcánica observable a simple vista, ya que hay incluso oscuros flujos de lava e impresionantes cráteres gigantes tipo Maar. Pero no todo es seco en el Gran Desierto, porque existen unas raras acumulaciones naturales de agua llamadas tinajas, que se abren en el lecho de roca firme de los arroyos de campos de lava, abasteciendo de agua a la vida silvestre.

De los cuatro desiertos de Norteamérica, el Desierto de Sonora, donde se halla el Pinacate, contiene la mayor biodiversidad. Debido a su variación climática y ambiental es posible encontrar más especies de plantas y animales que en cualquier otro desierto mejicano. Y por este motivo también es el que tiene más áreas protegidas.

Hasta la fecha, se han registrado 540 especies de plantas vasculares, 40 especies de mamíferos, 200 de aves, 40 de reptiles, además de encontrar también anfibios y peces de agua dulce. Existen especies endémicas, amenazadas y en peligro de extinción. Por todos estos motivos El Pinacate y Gran Desierto de Altar fue decretado, el 10 de junio de 1993, Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

En su página web oficial nos informan también de que El Pinacate y Gran Desierto de Altar es valioso testigo de la ocupación humana, ya que guarda una gran cantidad de vestigios arqueológicos que se remontan a más de 20,000 años atrás.

Por si el lugar todavía no le parece lo suficientemente místico, ha de saber que que la cosmología del pueblo Tohono O’odham considera que el origen de su creación se dio en el Pico Pinacate y hoy en día aún realizan ceremonias sagradas allí.