Astronómos aficionados locales se movilizan para que la contaminación lumínica no afecte al primer Espacio Urbano de Cielo Nocturno en Latinoamérica.
21 November 2024 | Fuente: AP News
El Parque Ecológico Joya-La Barreta, situado en Querétaro, México, se ha convertido en un baluarte para la preservación de los cielos oscuros en un entorno urbano. Reconocido como el primer espacio urbano de cielos nocturnos en Latinoamérica por la organización DarkSky International, el parque enfrenta retos importantes debido a la contaminación lumínica y el avance de la urbanización.
Este parque, ubicado a más de 2.600 metros sobre el nivel del mar, permite una observación privilegiada del cielo nocturno. Aunque hay más de 200 lugares certificados por la IDA por sus cielos oscuros en el mundo, solo 11 están en áreas urbanas, lo que hace de Joya-La Barreta un lugar único. La certificación fue posible gracias a la dedicación de Juan Carlos Hernández, presidente de la Sociedad Astronómica Queretana y fundador de la agencia de astroturismo Astronite. Hernández, ingeniero aeroespacial, lleva más de dos décadas defendiendo el cielo nocturno.
Sin embargo, el crecimiento urbano ha dificultado la conservación de estos cielos oscuros. Según Hernández, en el pasado era posible observar la constelación Omega Centauri desde Querétaro, algo que ahora resulta inimaginable debido al brillo de las luces artificiales.
Estudios recientes han mostrado que la contaminación lumínica aumenta un 10% cada año a nivel mundial. En México, la urbanización y las necesidades de seguridad han intensificado este fenómeno. Fernando Ávila Castro, del Instituto de Astronomía de la UNAM, compara la contaminación lumínica con el ruido urbano: "al igual que un exceso de sonido puede perturbar el descanso, el brillo constante de la luz artificial altera el ritmo circadiano de humanos, plantas y animales".
En Joya-La Barreta, la biodiversidad también se ve afectada. El parque alberga 123 especies de vertebrados, incluidos polinizadores nocturnos esenciales para el ecosistema.
Analette Casazza, presidenta de otra asociación de astrónomos en Querétaro, destaca la importancia de conservar este espacio, tanto por su valor astronómico como ecológico.
Para garantizar la continuidad de la certificación DarkSky, Hernández y otros activistas trabajan en la implementación de la Ley General del Equilibrio Ecológico de México, aprobada en 2021. Esta norma ya se aplica en estados como Sonora e Hidalgo, pero los esfuerzos para adaptarla en Querétaro no han tenido éxito hasta ahora.
Además, los astrónomos locales deben presentar informes trimestrales sobre los niveles de contaminación lumínica, cuya elevación o una disminución de visitantes podría poner en riesgo el estatus del parque.
La conservación de Joya-La Barreta no solo depende de las políticas gubernamentales, sino también de la participación ciudadana. Según María Guadalupe Espinosa de los Reyes Ayala, secretaria de Medio Ambiente de Querétaro, la apropiación comunitaria de estos espacios es clave para su preservación.
La lucha por proteger el cielo nocturno es también una invitación a reconectar con nuestro lugar en el cosmos. Como reflexiona Hernández: "Ver el firmamento es la experiencia más espiritual que puede haber. Es una conexión con nuestros verdaderos orígenes moleculares y con nuestro destino cósmico."
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