Una visión sin precedentes del halo de Andrómeda, una vasta región de gas difuso que se extiende hasta dos millones de años luz desde su centro.
17 January 2025 | Fuente: ESA
El telescopio espacial Hubble ha iluminado un capítulo fascinante en la evolución de la galaxia de Andrómeda, nuestra vecina galáctica más cercana. Mediante observaciones detalladas de su halo de gas, Hubble ha trazado la historia de fusiones galácticas y procesos de enriquecimiento químico que dieron forma a esta imponente espiral.
Los nuevos datos revelan cómo Andrómeda no solo ha crecido absorbiendo galaxias más pequeñas, sino también redistribuyendo material a través de eventos cósmicos que se remontan a miles de millones de años.
El halo de Andrómeda es una vasta región de gas difuso que se extiende hasta dos millones de años luz desde su centro, casi la mitad de la distancia hasta nuestra galaxia, la Vía Láctea. Hubble ha proporcionado una visión sin precedentes de esta envoltura galáctica utilizando el espectrógrafo de imágenes del telescopio (COS, por sus siglas en inglés).
Analizando la absorción de luz ultravioleta de 43 cuásares de fondo (objetos extremadamente brillantes alimentados por agujeros negros supermasivos), los astrónomos han podido mapear la estructura y composición del halo. Este análisis reveló una compleja red de gas ionizado dividida en dos capas principales:
Capa interna: Más densa y dinámica, probablemente enriquecida por explosiones de supernovas que expulsaron material desde el disco de Andrómeda hacia el halo.
Capa externa: Más difusa y tranquila, donde el material parece estar menos influido por los procesos activos de la galaxia.
Los datos recopilados por Hubble confirman que Andrómeda ha crecido mediante un proceso conocido como "canibalismo galáctico", donde galaxias más pequeñas son absorbidas por una más grande. Estas fusiones no solo aumentan la masa de la galaxia principal, sino que también generan olas de formación estelar y redistribuyen elementos pesados en su halo.
El enriquecimiento químico del halo interno sugiere que Andrómeda ha pasado por numerosas etapas de intensa actividad, con explosiones de supernovas que redistribuyeron elementos como oxígeno y carbono. Este material, que comenzó su vida en estrellas masivas, ahora flota en las capas exteriores de la galaxia.
El estudio del halo de Andrómeda también tiene implicaciones para comprender el futuro de nuestra propia galaxia. La Vía Láctea y Andrómeda están en curso de colisión, un evento que ocurrirá dentro de unos 4.500 millones de años. El mapeo del halo de Andrómeda ofrece pistas sobre cómo interactuarán estas dos gigantes galácticas cuando sus halos de gas comiencen a superponerse en los próximos mil millones de años.
Gracias a las observaciones del Hubble, los astrónomos ahora tienen una comprensión más profunda de cómo las galaxias como Andrómeda evolucionan y se enriquecen a lo largo del tiempo. Este telescopio, que lleva más de 30 años en órbita, sigue siendo una herramienta indispensable para explorar el cosmos.
A medida que el Hubble continúa su labor, junto con el recién lanzado telescopio espacial James Webb, podemos esperar descubrir aún más secretos sobre las galaxias vecinas y el universo que habitamos.