Los nuevos retos del turismo en el siglo XXI exigen un viajero conectado a la creciente tendencia del ecoturismo. El astroturista es el perfil estrella.
07 October 2020
El pasado 27 de septiembre se celebraba el Día Mundial del Turismo, que además cumplía su 40 aniversario precisamente en 2020, un año en el que el sector se enfrenta al mayor desafío de su historia, como anunciaba la Organización Mundial del Turismo (UNWTO). En efecto, el panorama actual demanda nuevas formas de abordar el turismo y viajeros con una nueva forma de pensar, en una clara apuesta por el desarrollo sostenible, algo en lo que el astroturismo tiene mucho que decir.
El turismo de estrellas va dirigido a un perfil de viajero concreto que, como vemos, forma parte de un segmento cada vez más amplio y más necesario a estas alturas del siglo XXI. Si quieres saber cómo es y si puedes considerarte un/a astroturista de pro, te contamos lo que tenemos en cuenta a la hora de definirlo:
1- Conciencia ecológica
Practicar astroturismo es equivalente a hacer ecoturismo y, por tanto, tomar conciencia del valor que tiene nuestro planeta, como ese punto azul pálido en mitad del cosmos del que hablan los astronautas. En línea con esta toma de conciencia, el astroturista comprende la importancia de proteger la Tierra para que las generaciones futuras también la puedan disfrutar. Por supuesto, también aprende (o sabe) que la contaminación lumínica pone en peligro, no solo nuestra salud o la de múltiples especies, sino también el patrimonio del cielo nocturno al que tenemos derecho como seres humanos.
2-Humildad
Aunque no tenga todas las respuestas, cuando observa por un telescopio el astroturista también toma conciencia de lo complejo y fascinante que es el universo. Asomarse al cosmos suele conferir una suerte de perspectiva global para hacernos entender que formamos una parte, aunque sea infinitamente pequeña, de ese sistema maravilloso.
3-Generosidad
Viaje sólo o acompañado, el aficionado al turismo de estrellas ama compartir sus experiencias. Hace fotografías, participa en foros y no duda en recomendar a sus allegados cuando descubre un nuevo lugar o experiencia. Su generosidad va incluso más allá, porque en ocasiones se convierte en todo un divulgador astronómico y/o hace campaña por, por ejemplo, por una iluminación inteligente que nos permita seguir viendo las estrellas.
4- Interés por la astronomía
No, no significa que conozca todas las constelaciones o que sepa identificar qué es un objeto messier. Pero siempre que mira a las estrellas se siente sobrecogido y cuando en televisión hablan sobre sondas espaciales que despegan o descubrimientos científicos sube el volumen de las noticias.
5- Afán viajero/aventurero
Entre quedarse en casa o salir de viaje unas vacaciones, lo tiene claro. Viajar es aprender, abrir la mente y conocer. Y todo eso va mucho con el espíritu del astroturista. Descubrir un sitio en el no había estado, o volver a disfrutar de aquellos paisajes que sus retinas no olvidan, es la ilusión del amante del turismo astronómico.
6- Curiosidad
El astroturista es por naturaleza un ser curioso que disfruta escudriñando los rincones del cielo. Su cabeza está llena de porqués, y su sed de conocimiento es insaciable, no sólo en el ámbito de la astronomía. No teme preguntar a los guías en las observaciones nocturnas, ni leer todo cuanto cae en sus manos cuando algún tema despierta su curiosidad.
7- Imaginación
La observación de estrellas va unida a un sentimiento casi romántico del universo y sus misterios. Es casi inevitable dejar los pensamientos volar cuando se contempla el firmamento y preguntarse, entre otras miles de cosas, por el origen de la vida, la inmensidad espacial o si estamos solos en el universo.
¿Cumples algunas de estas características (o quizás todas)? ¡Enhorabuena! Ya puedes considerarte astroturista, el viajero perfecto en el siglo XXI. Y si ya te has iniciado en el turismo de estrellas o todavía no, te lo ponemos fácil, trayéndote cada semana los mejores lugares del mundo para practicar astroturismo en nuestra sección DESTINOS.