Encuentran agua por primera vez en un exoplaneta potencialmente habitable

Los astrónomos están encontrando cada vez más mundos extraterrestres que podrían ser capaces de soportar un tipo de vida similar a la Tierra, pero hasta la fecha ninguno de estos exoplanetas es una copia exacta de nuestro mundo natal. Sin embargo, dos equipos de científicos planetarios anunciaron esta semana que han encontrado vapor de agua en el aire de una supertierra, un gran hito en la búsqueda de vida extraterrestre.

El nuevo y emocionante hallazgo involucra a K2-18b, un planeta a unos 111 años luz de la Tierra y con una masa ocho veces superior a nuestro planeta. K2-18b se encuentra en la "zona habitable" de su estrella madre, en el rango de distancia que podría soportar la existencia de agua líquida en la superficie de un mundo. 

"Esto representa el paso más grande que se ha dado hasta nuestro objetivo final de encontrar vida en otros planetas, de demostrar que no estamos solos. Gracias a nuestras observaciones y nuestro modelo climático de este planeta, hemos demostrado que su vapor de agua puede condensarse en agua líquida. Esta es la primera vez", dice en un artículo el autor principal del hallazgo, Björn Benneke, profesor del Institute for Research on Exoplanets de la Universidad de Montreal. 

"Este es el único planeta en este momento con la temperatura correcta (para albergar una vida similar a la Tierra) y agua fuera del sistema solar", añadía por su parte en una teleconferencia Angelos Tsiaras del Centro de Datos de Exoquímica Espacial (CSED) del University College de Londres, líder del otro equipo de investigación y cuyos hallazgos han sido publicados en la revista Nature Astronomy este miércoles.

K2-18b y su estrella

Las similitudes entre el exoplaneta K2-18b y la Tierra sugieren a los astrónomos que el exoplaneta puede tener un ciclo de agua que posiblemente permita que el agua se condense en nubes y que caiga la lluvia de agua líquida. Esta detección fue posible al combinar ocho observaciones de tránsito, el momento en que un exoplaneta pasa frente a su estrella, tomadas por el telescopio espacial Hubble.

Pero K2-18 b está lejos de ser un planeta gemelo a la Tierra. El exoplaneta es ocho veces más masivo que nuestro mundo, por lo que es una "supertierra", un tipo de mundo común en toda la galaxia de la Vía Láctea pero que no está representado en nuestro propio sistema solar.

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Además está el asunto de la estrella de K2-18 b, que es de tipo M, una enana roja mucho más pequeña y fría que el sol. Pero debido a la proximidad de K2-18b, el planeta recibe casi la misma cantidad total de energía de su estrella que nuestra Tierra recibe del Sol. 

Por otro lado, dado que las enanas rojas son tan tenues, sus zonas habitables se encuentran mucho más cerca; K2-18 b completa una órbita cada 33 días terrestres. 

Por lo tanto, el exoplaneta podría estar "bloqueado gravitatoriamente" a su estrella, dando siempre la misma cara hacia la enana roja, así como nuestra luna solo nos muestra un lado. Aunque esto no sería un factor decisivo para la existencia de la vida, según los científicos. Los estudios de modelado sugieren que "la energía del lado del día puede distribuirse de manera bastante equitativa al lado de la noche".

Pese a las buenas perspectivas, los científicos creen actualmente que la gruesa envoltura gaseosa de K2-18b probablemente impide la vida tal como la conocemos en la superficie del planeta. Sin embargo, el estudio muestra que incluso estos planetas de masa relativamente baja, que por lo tanto son más difíciles de estudiar, pueden explorarse utilizando instrumentos astronómicos desarrollados en los últimos años. Al estudiar estos planetas que se encuentran en la zona habitable de su estrella y tienen las condiciones adecuadas para el agua líquida, los astrónomos están un paso más cerca de detectar directamente signos de vida más allá de nuestro Sistema Solar.