No sólo el cielo oscuro es suficiente, te contamos qué más debe cumplir un territorio para convertirse en destino de turismo de estrellas.
16 October 2019
A menudo los astrocuriosos nos preguntan qué requisitos debe cumplir un territorio o un destino para considerarse adecuado para hacer astroturismo, y si alguien creía que sólo con el cielo oscuro era suficiente, se está quedando muy corto. Por eso vamos a daros algunas claves de lo que, a nuestro parecer, es imprescindible para convertirse en un destino perfecto para el turismo de estrellas.
Esto es evidente. No puede haber astroturismo sin astros. Y no todo los cielos son iguales.
Aquí no nos vamos a poner técnicos hablando sobre la calidad del cielo (brillo del fondo, seeing, transparencia...), porque hay métodos muy sencillos para saber si cumple el primer requisito. Aunque hay lugares en los que el cielo permitiría ver casi 10.000 estrellas, lo cierto es que el ojo humano no puede llegar a ver tantas... Y tampoco nos vamos a poner a contarlas. Un método rápido es comprobar si en una noche clara puede ver la Vía Láctea a simple vista.
De nada sirve que sobre nuestras cabezas esté pasando una lluvia de estrellas o un tránsito de planetas si las nubes nos impiden verlo. Y no solo las nubes, la niebla o la humedad también son factores distorsionadores para una buena observación del cielo.
Tampoco resulta agradable congelarse de frío mientras miras por el telescopio, pero esto último se puede evitar llevando la equipación adecuada.
Hay destinos de astroturismo que tienen acondicionadas instalaciones específicamente para la observación de estrellas; explanadas para instalar los telescopios, pequeños observatorios, terreno para acampar o para enchufar equipo, etc.
También facilitan la vida de los astroaficionados los paneles informativos, los miradores estelares o instalaciones como los llamados ‘Miradores Celestes’.
Aunque muchos astrónomos prefieren ir ‘a su aire’, las actividades de cielo oscuro son interesantes para cualquiera y atraen siempre a los visitantes. Charlas astronómicas, senderismo nocturno, cenas temáticas... Todo va en función de la imaginación y los recursos de los organismos y empresas de la zona.
Muy relacionado con el punto anterior está el apartado de la formación. Los guías y monitores astronómicos son personal específicamente preparado para guiar grupos y dirigir actividades relacionadas con la astronomía, adaptándose al nivel de los participantes, las características del territorio y los recursos de la zona.
Aunque hay mucha diversidad en cuanto a la formación astronómica, no toda es de la misma calidad ni está homologada. En este sentido, una de las más reconocidas y que garantiza una amplia formación en materia de astroturismo es la formación que ofrece La Fundación Starlight, avalada por el Instituto Astrofísico de Canarias.
Ni siempre es de noche ni todo va a ser ver estrellas. Por eso los mejores destinos de astroturismo del mundo aportan mucho más además del cielo oscuro. Factores como el paisaje, la gastronomía o los lugares de interés son valores añadidos de un territorio que pueden complementarse con el astroturismo y que enriquecen la experiencia de los viajeros.
Una buena variedad de alojamientos y comodidades también es un plus para que los visitantes se decanten por uno u otro destino.
Aunque no es imprescindible, siempre es mejor para el viajero ir a un lugar que le garantice una serie de cualidades y servicios en cuanto al astroturismo se refiere. Por eso, algunos territorios poseen la llamada certificación Starlight, el equivalente a un sello de calidad en el turismo de estrellas.
La lista de reservas, alojamientos y destinos turísticos Starlight (además de otras categorías) y sus características puedes consultarla en la página de la Fundación Starlight.
Si aún no te ha quedado claro las características que debe tener un destino de astroturismo, busca en nuestra sección DESTINOS para conocer los mejores lugares del mundo para practicar el turismo de estrellas.