Un recorrido por algunos de los lugares imprescindibles, algunos están certificados y otros son joyas emergentes del turismo de estrellas.
21 May 2025
¿Sabías que algunos de los cielos más oscuros del planeta se encuentran en Latinoamérica? Desde los desiertos del norte hasta los valles montañosos del sur, el astroturismo está ganando terreno como una de las experiencias más mágicas y sostenibles del siglo XXI.
Aquí te llevamos a un recorrido por algunos de los mejores destinos de astroturismo en América Latina, muchos de ellos certificados para el turismo astronomico, y otros que son joyas emergentes para observar las estrellas como nunca antes.
Cuando hablamos de cielos espectaculares, Chile es el gigante del astroturismo mundial. Desde la región de Antofagasta, un lugar casi mítico para los amantes de la astronomía, hasta el Valle del Elqui, de naturaleza salvaje y limpios cielos. Su clima seco y más de 300 noches despejadas al año lo convierten en el paraíso de la observación astronómica.
Específicamente, el Desierto de Atacama ofrece condiciones excepcionales. Lugares como San Pedro de Atacama y el Observatorio ALMA atraen tanto a turistas como a científicos. Este país alberga cerca del 70 % de la infraestructura astronómica mundial.
Mano del Desierto, región de Antofagasta, Chile/ Crédito: Mario Rubio
Argentina también brilla con luz propia. En la provincia de Buenos Aires, la Sierra de la Ventana es uno de los destinos emergentes para astroturismo. Y en el oeste, Mendoza combina vinos y cielos estrellados desde la Cordillera de los Andes.
La Reserva Natural El Leoncito, en San Juan, también es ideal para la observación. Aquí se encuentra el Observatorio Astronómico El Leoncito (CASLEO), rodeado de paisajes áridos y sin contaminación lumínica.
Sin olvidar enclaves naturales como el Parque Nacional Iberá, un área natural protegida de 183 500 Ha, situada en el centro de la provincia de Corrientes, que es Reserva y Destino Turístico Starlight.
En Perú, el Valle Sagrado de los Incas no solo deslumbra por Machu Picchu. En los alrededores de Cusco se desarrollan propuestas de astroturismo con enfoque cultural, donde la cosmovisión andina y la astronomía se funden en experiencias únicas.
El interior del país también tiene vastas regiones con espacios naturales como el Valle del Colca, en la región de Arequipa, conocido por sus impresionantes paisajes y su relativa falta de contaminación lumínica.
Ecuador, por su parte, está apostando por la observación astronómica desde la Mitad del Mundo. El Observatorio Astronómico de Quito, uno de los más antiguos de América, ofrece visitas nocturnas y talleres para todos los públicos.
Pero no solo eso, Ecuador también esconde lugares mágicos para el astroturismo como el Parque Nacional Cajas o las exóticas Islas Galápagos:
Pocas experiencias son tan impactantes como ver el cielo estrellado reflejado en el agua del Salar de Uyuni, el mayor espejo natural del planeta durante la temporada de lluvias. Este lugar se ha convertido en una meca para astrofotógrafos de todo el mundo.
Además, más del 16% del territorio boliviano está clasificado como protegido, por lo que el país rebosa de espacios naturales ideales para observar las estrellas en Bolivia:
Colombia comienza a sonar con fuerza en el mundo del astroturismo. La Tatacoa, un desierto ubicado al sur del país en la astroturística región del Huila, es uno de los sitios favoritos para la observación del cielo, con propuestas de glamping astronómico y noches de observación guiadas. No en vano, está declarado Destino Turístico Starlight.
En la región amazónica, proyectos como el del Parque Nacional Amacayacu promueven el turismo de naturaleza y cielos estrellados, aunque aún quedan pasos por consolidar este segmento.
México cuenta con varios enclaves de astroturismo en expansión. En Querétaro, Peña de Bernal, uno de los monolitos más grandes del mundo, ofrece rutas nocturnas guiadas. En el norte, el místico Real de Catorce combina historia minera con observación astronómica.
Además, Baja California y el Valle de Guadalupe están impulsando el enoturismo astronómico, una combinación irresistible de vino y estrellas.
Desde el altiplano hasta la selva tropical, Latinoamérica es un continente privilegiado para la observación astronómica. Tanto si eres un astrocurioso amateur como si buscas experiencias únicas de conexión con la naturaleza, el astroturismo en la región tiene mucho que ofrecer. Y lo mejor: ¡todavía queda mucho cielo por conquistar!