El torreón del icónico edificio pudo concebirse el divulgador astronómico Esteban Donate durante la Semana Modernista en Teruel.
19 November 2024
La Casa El Torico, uno de los emblemas arquitectónicos modernistas de Teruel, sigue revelando nuevos aspectos que conectan su diseño con el cielo. Durante la Semana Modernista organizada por la Fundación Bodas de Isabel y el Ayuntamiento de Teruel, Esteban Donate, monitor astronómico Starlight e integrante de la Agrupación Astronómica de Teruel, presentó una teoría fascinante: el torreón que corona este icónico edificio pudo haber sido concebido como un mirador para observar estrellas y eclipses.
Esta idea se planteó en una conferencia inaugural que destacó el valor astronómico del edificio en el contexto histórico y cultural del modernismo, un movimiento que abrazaba tanto el arte como la ciencia. Según Donate, la ubicación estratégica y la estructura del torreón encajan con un uso destinado a la observación del cielo, en una época en la que la astronomía empezaba a fascinar a las clases urbanas acomodadas. Aunque no existe documentación concluyente, las características arquitectónicas de este espacio invitan a pensar en su posible función como punto de contemplación celeste.
Diseñada por el arquitecto Pablo Monguió en 1912, la Casa El Torico es una joya del modernismo aragonés, reconocida como Bien de Interés Cultural. Refleja el esplendor de la burguesía local de principios del siglo XX. Su torreón, coronado por un pequeño mirador, y los elementos decorativos de su fachada, como motivos vegetales y formas curvilíneas, son característicos de este estilo arquitectónico inspirado en Gaudí. Precisamente este torreón, ubicado en la esquina superior del edificio, destaca no solo por su estética singular sino también por su orientación y diseño que podrían haber facilitado la observación astronómica. Esto, sumado a la creciente fascinación de la época por los fenómenos celestes, da peso a la hipótesis de Donate.
El modernismo, con su enfoque multidisciplinar, fomentó la integración de la ciencia en los proyectos arquitectónicos. En este contexto, Teruel, con sus cielos despejados y su escasa contaminación lumínica a principios del siglo XX, habría ofrecido las condiciones ideales para un mirador astronómico urbano.
Pablo Monguió, destacado por introducir el modernismo en Teruel, diseñó la Casa El Torico con una torre que podría haber servido como mirador astronómico. Donate destacó que este balcón circular es similar a los presentes en otros edificios modernistas, como los diseñados por Gaudí, que buscaban una conexión espiritual o mitológica con el cielo. Este planteamiento se refuerza al recordar un eclipse solar total que atravesó Teruel en 1905, un evento que atrajo a astrónomos internacionales de gran renombre.
En 1905, un eclipse solar total cruzó España desde Sagunto hasta el Cantábrico, pasando por Teruel. El evento congregó a los mejores astrónomos de la época, como William Wallace Campbell, director del Observatorio Lick de California, y a científicos del Observatorio Fabra de Barcelona. Durante su expedición, estos expertos utilizaron telescopios de 12 metros de largo para estudiar el eclipse y recopilar datos que apoyarían la naciente teoría de la relatividad de Einstein, publicada ese mismo año.
La teoría se probó parcialmente mediante la observación del desplazamiento aparente de estrellas cerca del Sol durante un eclipse, lo que demostraba la curvatura del espacio-tiempo. Estas investigaciones, aunque primitivas en su instrumentación, sentaron las bases para futuros avances científicos.
Donate también destacó la relevancia del eclipse solar de 1912 y el paso del cometa Halley en 1910, que marcaron una época de efervescencia científica y cultural en Teruel. Estos eventos pudieron inspirar a Monguió a diseñar la torre de la Casa El Torico como un lugar ideal para contemplar fenómenos astronómicos.
En su charla, Donate exploró la relación entre la arquitectura modernista y la mitología astronómica, poniendo énfasis en la figura del dragón, un símbolo recurrente en edificios como el Parque Güell de Gaudí. En esta obra, el dragón se relaciona con la constelación Draco y la mitología clásica, uniendo arte y astronomía en un diálogo único.
Con estas reflexiones, la Casa El Torico no solo es un tesoro arquitectónico, sino también un puente entre la historia, la ciencia y la mitología, mostrando cómo la arquitectura puede invitarnos a mirar más allá, hacia las estrellas.
El torreón de la Casa El Torico no solo resalta la riqueza arquitectónica de Teruel, sino que también abre la puerta a nuevas formas de turismo cultural y astronómico. En una ciudad que ya apuesta por el astroturismo como recurso sostenible, este elemento añade un atractivo único para los amantes de la historia, el arte y las estrellas.
Conferencias como la de Esteban Donate ayudan a revalorizar la herencia cultural y científica de lugares emblemáticos como este, recordándonos que el cielo siempre ha sido fuente de inspiración, incluso en el corazón de nuestras ciudades.
Fuentes:
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