Lobos que devoran al Sol, dragones celestiales o presagios funestos: Así explicaron los eclipses las civilizaciones antiguas.
Antonio Pazos y Begoña Estévez
10 November 2025
Casi todas las civilizaciones han dejado documentado, de una forma u otra, algún evento que se puede relacionar con un eclipse solar. Desde los primeros registros hasta hace pocos siglos, estos fenómenos han revolucionado las distintas sociedades que habitaron la Tierra… y lo siguen haciendo. Esa espera tan ansiada hoy no se parecía en nada a lo que ocurría siglos atrás: distintas civilizaciones presenciaron, sobre todo con temor, el oscurecimiento de su mayor deidad, el Sol.
"Distintas civilizaciones presenciaron, sobre todo con temor, el oscurecimiento de su mayor deidad, el Sol" / Crédito: @corvusmarisEl eclipse de Ugarit hace referencia al eclipse solar más antiguo documentado, hallado en una tablilla de arcilla en Siria. Originalmente datado el 3 de mayo de 1375 a. e. c., estudios posteriores corrigieron la fecha al 5 de marzo de 1223 a. e. c., gracias a la mención en la propia tablilla del planeta Marte visible durante el evento. Con tan poco conocimiento astronómico, los historiadores mesopotámicos lo describieron como “el momento en que el Sol fue avergonzado”.
Crédito: @corvusmarisUn eclipse solar sorprendió a la China de 1302 a. c., dejando a la población sin luz solar durante más de seis minutos. Fue interpretado como una advertencia divina al emperador, que ordenó un ritual para devolver la luz al Sol.
El eclipse solar de china en 1302 a.c. fue interceptado como una advertencia al emperador / Crédito: @corvusmarisComo parte de un escrito del año 430 a.e.c., el historiador griego Heródoto relató la guerra entre los Lidios, situados en el actual territorio de Turquía, y los Medos, un antiguo pueblo de Irán. Tras años de batallas y muertes para ambos bandos, durante una de sus guerras el día se transformó en noche. “Cuando observaron el cambio, dejaron de luchar y se urgieron a llegar a un acuerdo de paz” constata el historiador. Años después se supo que se había tratado de un eclipse solar en el 538 a.e.c , pero en su momento, fue visto como una señal divina para detener el derramamiento de sangre
Un eclipse de sol detuvo la guerra entre los Lidios y los Medios / Crédito: @corvusmarisSiglos más tarde, Cristóbal Colón usó sus conocimientos astronómicos a su favor. Durante su último viaje, encallado en Jamaica y enfrentado a la hostilidad de los nativos, predijo un eclipse lunar. Aprovechando la situación, urgió a los lideres locales a una reunión en la noche del suceso, y les advirtió sobre ‘la protección divina de Dios sobre él y su tripulación’ y, como prueba de ello, anticipó que habría un cambio de color y oscurecimientos en la luna, ‘en testimonio de los males que les serán enviados desde los cielos’.
Cristobal Colón se sirvió de su conocimiento astronómico para conseguir frenar las hostilidades de los nativos en Jamaica / Crédito: @corvusmarisMuchas culturas coincidieron en la idea de que el Sol era devorado...
En la mitología nórdica, mientras la diosa Sól surcaba los cielos, era perseguida por el lobo Sköll. Sól era reemplazada por su hermano Máni, el dios luna, quien de igual forma era perseguido por el lobo Hati, siendo reemplazado de nuevo por su hermana Sól. De este modo los vikingos comprendían y entendían un fenómeno que no podían explicar por otros medios, el del paso de los días y las noches.
Cuando Sköll devoraba a Sól se producían los eclipses solares, mientras que cuando Hati devoraba a Máni, se producían los eclipses lunares. La leyenda va más allá y advierte que cuando ambos lobos devoren al Sol y la Luna, el cielo se oscurecerá y el Ragnarok, el Apocalipsis Nórdico, comenzará.
Si ambos lobos devoran el Sol y la Luna, comenzará el Ragnarok vikingo / Crédito: @corvusmarisEn la mitología china, uno de los relatos más extendidos y vívidos atribuye los eclipses solares a un dragón celestial que devoraba el Sol. Esta imagen del dragón, una criatura poderosa y a menudo ambivalente en la cultura china, simbolizaba una interrupción dramática del orden cósmico. Para ahuyentar a este monstruo y restaurar el equilibrio, la gente recurría a la acción colectiva: golpeaban tambores estruendosamente y hacían ruidos ensordecedores. Este mito no solo explicaba el fenómeno, sino que también reflejaba la percepción del eclipse como un evento perturbador que interrumpía el equilibrio natural del cosmos, y la creencia en la capacidad de la acción humana para influir en los eventos celestiales.
En la mitología china se atribuye los eclipses solares a un dragón celestial que devoraba el Sol / Crédito: @corvusmarisLa cultura de India tiene la leyenda más violenta sobre los eclipses. Cuentan que un demonio llamado Rahu trató de robar el néctar de inmortalidad de los dioses. Rahu comenzaba a beber el néctar cuando Vishnu le lanzó un disco que le cercenó el cuello, por lo que el resto del cuerpo del demonio desapareció. Para los indios, un eclipse es el momento cuando la cabeza inmortal de Rahu persigue al Sol y la Luna para darles un "mordisco"; pero como el demonio no tiene cuerpo, los astros vuelven a aparecer.
En la mitología india un eclipse es el momento cuando la cabeza inmortal del demonio Rahu persigue al Sol y la Luna para comérselos / Crédito: @corvusmarisEn las mitologías Maya y Azteca, los eclipses eran eventos de gran significado, interpretados como enfermedad, muerte o un intento de los dioses malignos de devorar al sol. Los Mayas creían que el sol se "rompía" o padecía, mientras que los Aztecas veían al jaguar Tepeyóllotl consumiendo al sol. Ante esta amenaza, ambas culturas realizaban rituales, sacrificios humanos y ofrendas para aplacar a los dioses y prevenir desastres, como la oscuridad eterna.
Los Aztecas veían al jaguar Tepeyóllotl consumiendo al sol/ Crédito: @corvusmarisEn la mitología africana, los eclipses tienen diversas interpretaciones, a menudo representando una pelea entre el Sol y la Luna, o un reencuentro entre ellos tras una disputa. Los pueblos Fon de África occidental creen que el sol y la luna, amantes, se encuentran para apagar sus luces, mientras que los Batammaliba, en Togo y Benín, ven los eclipses como una oportunidad para resolver disputas y reconciliarse.
Mitología africana sobre los eclipses / Crédito: @corvusmarisTambién existen interpretaciones de monstruos que intentan devorar al sol, aunque son menos comunes que en otras culturas.
En California, el pueblo Pomo explicaba los eclipses como una pelea entre un oso y el Sol cuando ambos se encontraban en la Vía Láctea. Cuando, tercamente, el Sol se rehusaba a moverse, el oso peleaba con él y durante la pelea lo eclipsaba. Con la adrenalina a flor de piel, el oso seguía camino hasta toparse con la Luna, hermana del Sol, a quién también retaba a una pelea que daba lugar a un eclipse lunar.
Los pueblos pomo achacan los eclipses a un oso peleando con el Sol y la Luna / Crédito: @corvusmarisEn Mesopotamia, se creía que los eclipses, especialmente los lunares, eran un mal presagio que anunciaba desastres naturales, guerras o la muerte del rey. Cuando los astrónomos calculaban que faltaba poco para que ocurriera el fenómeno, el rey abdicaba temporalmente y elegía un sustituto. El desafortunado reemplazo era asesinado cuando pasaba el peligro cósmico y el mandatario volvía a asumir su rango real.
"En Mesopotamia, se creía que los eclipses, especialmente los lunares, eran un mal presagio que anunciaba desastres naturales, guerras o la muerte del rey" / Crédito: @corvusmarisPor fortuna, no todo es peleas y sangre, los Tlingit, una tribu del noroeste de los Estados Unidos, tenían una explicación mucho más romántica para los eclipses lunares. Según ellos, estos ocurrían cuando el Sol y la Luna, necesitaban un momento a solas en la oscuridad... Nada más que añadir....
Para la tribu Tinglit el Sol y la Luna buscaban intimidad durante los eclipses / / Crédito: @corvusmarisComo hemos visto, los eclipses han inspirado miedo, guerras, reconciliaciones y también historias de amor. Han condicionado la política y la religión, pero hoy, lejos de ser presagio de desgracias, son un espectáculo celeste que une a miles de astrocuriosos en todo el mundo bajo un mismo cielo.
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