En el condado de Pocahontas un puñado de grandes científicos discuten sobre ondas de radio. Astrocápsula del blog de la FAAE
Cristina Recio
22 July 2025
El joven Frank reflexiona sobre cómo afrontar la reunión.
Es un momento crucial: lo que salga del encuentro será clave para futuros proyectos. Necesita estar a solas para pensar, así que baja al sótano de la cafetería del observatorio. Resulta primordial tener un esquema de los temas a tratar. Su particular tormenta de ideas lo lleva a asignar un factor a cada punto relevante.
1 de noviembre de 1961. Comienza la primera sesión. Escribe en la pizarra aquellos factores y añade:
“Esto es lo que tenemos que discutir”.
Así nacía su ecuación, como un esquema visual para guiar el debate en tiempos sin PowerPoint.
Todo comienza en 1960, un año después de la publicación del artículo de Cocconi y Morrison en la revista Nature, titulado “Searching for Interstellar Communications”.
Sin que ellos lo imaginaran, el joven astrónomo Frank Drake, trabajando en el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Green Bank, llevaría a cabo el primer experimento del tipo de “búsqueda” que ambos proponían en su artículo.
Nació así el Proyecto Ozma (en honor a la princesa de Oz) que apuntó el radiotelescopio de 26 metros hacia dos estrellas cercanas, tau Ceti y épsilon Eridani. Durante más de 200 horas de escucha, no se detectó señal alguna, pero la era de la búsqueda científica de inteligencia extraterrestre (SETI) había comenzado.
Giuseppe Cocconi dando una ponencia en el CERN en 1967. (Izquierda) Fuente: Fuente: Wikipedia - Licencia CC BY-SA 4.0/ Philip Morrison en 1976. Imagen tomada por la NASA. (Derecha) Fuente: Wikipedia - Dominio Público
La reunión, celebrada en 1961, fue llamada “La Orden del Delfín”, en alusión a los intentos del neurocientífico John C. Lilly, quien intentaba comunicarse con delfines (un símil al objetivo del proyecto).
El encuentro dio lugar a la ecuación de Drake, concebida para estimar cuántas civilizaciones inteligentes podrían existir actualmente en nuestra galaxia. Drake descompuso la pregunta en siete factores, tanto más especulativos cuanto más a la derecha, culminando con el último, con una profunda carga sociológica.
La Ecuación de Drake es una fórmula de probabilidad cuya belleza reside en su variabilidad: según los valores asignados a cada uno de sus factores, el resultado muestra un abanico de posibilidades que abarca desde que estamos solos en la Galaxia… hasta que existan millones de civilizaciones.
Entonces solo se conocía el valor del primer factor de la ecuación, y tuvieron que pasar 34 años hasta detectar el primer exoplaneta, lo que permitió estimar el segundo y tercer factores.
El resto siguen siendo una incógnita a día de hoy...
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