El descubrimiento de fosfina en la profundidad de la atmósfera de Venus lleva a pensar que puede haber vida, la fosfina sólo la producen los microbios.
21 July 2023
El descubrimiento de fosfina en la atmósfera de Venus en 2020 suscitó un intenso debate dado que, en la Tierra, la fosfina sólo la producen los microbios o artificialmente en un laboratorio. Por lo que una gran pregunta se formuló en la mente de todos los astrónomos e investigadores: ¿podría ser una prueba de vida en las nubes de Venus?
La controversia continúa a día de hoy, con algunos astrónomos diciendo que no consiguieron volver a detectarlo y otros que sí. Ahora, la científica que lideró el descubrimiento original, Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, en Gales (Reino Unido), afirma que su equipo ha vuelto a confirmar la existencia de la fosfina.
Esta vez, la encontraron a mayor profundidad en la atmósfera, con pruebas adicionales de que existe una fuente constante del gas. Greaves presentó los últimos hallazgos el 6 de julio en la Reunión Nacional de Astronomía 2023 en la Universidad de Cardiff. Jamie Carter de Forbes cubrió la intrigante noticia el 6 de julio de 2023.
Los datos originales de detección en 2020 procedían de ocho horas de observaciones con el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT) en Hawai. Los investigadores también realizaron observaciones adicionales con el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) en Chile.
Sin embargo, los datos más recientes, de febrero de 2022 y mayo de 2023, proceden principalmente de las primeras 50 de las 200 horas de observaciones. Esas observaciones también se extienden más profundamente en la atmósfera. Los datos adicionales también proceden del avión del Observatorio Estratosférico para la Astronomía Infrarroja (SOFIA) de la NASA. SOFIA, por desgracia, terminó su misión en 2022 después de que la NASA lo retirara del servicio. Los resultados de los datos sugieren que hay una fuente constante del gas.
Uno de los aspectos más intrigantes de las nuevas detecciones de fosfina es que ésta tiene lo que Greaves y sus compañeros llaman ‘alas’. Esencialmente, las moléculas se mueven rápidamente por la atmósfera. Como explicó Greaves: “Tenemos estas líneas de absorción en la atmósfera que se extienden en un gran rango de longitudes de onda; estamos viendo en efecto moléculas que se mueven realmente rápido. Estamos observando la parte superior de las nubes, o incluso en medio de ellas, y es la primera vez que podemos hacerlo”.
Aún se desconoce cuál es esa fuente. En Venus, hay dos posibilidades principales. Una son los volcanes y la otra es... la vida. Pero... ¿El planeta es lo suficientemente caliente como para derretir plomo con una presión atmosférica aplastante?
Sí, pero eso es en la superficie del planeta. Más arriba en la atmósfera y en las capas de nubes, es una historia diferente. Las temperaturas son mucho más agradables, con presiones similares a las de la Tierra. Diversos estudios realizados a lo largo de los años han demostrado que, en teoría, podría existir vida microbiana en la atmósfera de Venus, como las bacterias aerotransportadas de la Tierra. Tendría que evolucionar y adaptarse para lidiar con el ácido sulfúrico y la poca agua de las nubes, pero aún es posible. En la Tierra existen microbios de este tipo, llamados extremófilos.
Los volcanes son una posible fuente de fosfina, aunque otros estudios sugieren que no producen tanto gas como se ha señalado. Sin embargo, existen nuevas pruebas de la existencia de volcanes activos en Venus, por lo que aún no pueden descartarse. Greaves cree que, dado que la cantidad de fosfina no parece variar mucho, eso puede hacer menos probable una explicación volcánica.
Los investigadores continúan sus observaciones de Venus con el telescopio James Clerk Maxwell, al que le quedan unas 150 horas. El equipo también observará otras moléculas, como el dióxido de azufre, para ver si existe alguna correlación con las limitadas variaciones de la fosfina. Poco a poco, Venus se está acercando a la Tierra.