Estos restos guardaban una sorpresa en su interior, una escondida estrella de neutrones
12 April 2018 | Fuente: ESA/NASA
Cuando los astrónomos se asomaron a la constelación de El Tucán, encontraron el pequeño pero poderoso remanente estelar, resultado de una explosión, escondido entre las coloridas nubes de una galaxia cercana. El resto estelar es el primero de este tipo que se encuentra fuera de la Vía Láctea.
Las hebras de gas y polvo de una supernova de 2.000 años de antigüedad brillan con colores vibrantes en las nuevas imágenes creadas por los telescopios espaciales y terrestres, incluido el Very Large Telescope del Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile. Los astrónomos buscaron estas nubes, ubicadas en una galaxia vecina a 200.000 años luz de distancia, y encontraron dentro lo que sospechaban, una estrella de neutrones bien escondida.
El equipo estudió las formas del gas en una galaxia enana cercana conocida como la Pequeña Nube de Magallanes, de acuerdo con la descripción de la imagen de ESO. El nombre de la Pequeña Nube de Magallanes proviene de su aspecto similar a una mancha en los cielos del sur. Sin embargo, en lugar de una nube, es en realidad una colección de millones de estrellas.
Un anillo de gas que se expande lentamente dentro de las nubes de este sistema dio la primera pista sobre dónde podría estar la estrella de neutrones, según dijeron los investigadores.
Las estrellas vivas crean fusión y producen energía, y algunas estrellas son más grandes que otras. Pero cuando se acerca la muerte, las estrellas mayores a 1,4 veces la masa del sol explotan (dejando atrás formaciones como anillos) y también pueden colapsar y dejar atrás un núcleo ultradenso conocido como estrella de neutrones. En estos casos, los protones y los electrones se someten a una tremenda presión gravitacional y forman neutrones densamente compactos, de ahí su nombre.
"Este es el primer objeto de este tipo confirmado más allá de la Vía Láctea, que hace posible el uso de MUSE como herramienta de orientación", dijo Liz Bartlett, becaria de ESO y coautora de un nuevo estudio que describe los hallazgos. "Creemos que esto podría abrir nuevos canales de descubrimiento y estudio para estos esquivos restos estelares".