El asteroide que formó el cráter Vredefort en Sudáfrica sería mucho mayor de lo que se creía y habría tenido consecuencias devastadoras en todo el mundo.
06 October 2022
El cráter Vredefort, en un área cercana a la actual Johannesburgo, Sudáfrica, está considerado como el mayor cráter de impacto del mundo con un diámetro de casi 300 kilómetros. El asteroide impactador que se precipitó hacia la Tierra hace 2.000 millones de años y se estrelló aquí pudo medir hasta 25 kilómetros y no 15 como se pensaba.
El impactador, probablemente un asteroide, formó lo que hoy es el mayor cráter de nuestro planeta. Los científicos han aceptado ampliamente, basándose en investigaciones anteriores, que la estructura de impacto, conocida como el cráter Vredefort, fue formada por un objeto de unos 15 kilómetros de diámetro que viajaba a una velocidad de 15 kilómetros por segundo.
Pero según una nueva investigación de la Universidad de Rochester, el asteroide podría haber sido mucho mayor y habría tenido consecuencias devastadoras en todo el planeta. Esta investigación, publicada en Journal of Geophysical Research: Planets, proporciona una comprensión más precisa del gran impacto y permitirá a los investigadores simular mejor los eventos de impacto en la Tierra y otros planetas, tanto en el pasado como en el futuro.
"Comprender la estructura del mayor impacto que tenemos en la Tierra es fundamental", dice en un comunicado Natalie Allen, ahora estudiante de doctorado de la Universidad John Hopkins. Allen es la primera autora del artículo, basado en una investigación que realizó como estudiante en Rochester con Miki Nakajima, profesor asistente de ciencias ambientales y de la Tierra. "Tener acceso a la información proporcionada por una estructura como el cráter Vredefort es una gran oportunidad para probar nuestro modelo y para que podamos comprender mejor los impactos en la Tierra y más allá".
En el transcurso de 2.000 millones de años, el cráter Vredefort se ha erosionado. Esto dificulta que los científicos puedan calcular directamente el tamaño del cráter en el momento del impacto original y, por lo tanto, el tamaño y la velocidad del meteorito que formó el cráter.
Un objeto de 15 kilómetros de tamaño y que viajase a una velocidad de 15 kilómetros por segundo produciría un cráter de unos 172 kilómetros de diámetro. Sin embargo, eso es mucho más pequeño que las estimaciones actuales para el cráter Vredefort. Estas estimaciones actuales se basan en nueva evidencia geológica y mediciones que estiman que el diámetro original de la estructura habría sido de entre 250 y 280 kilómetros durante el momento del impacto.
Allen, Nakajima y sus colegas realizaron simulaciones para igualar el tamaño actualizado del cráter. Sus resultados mostraron que un asteroide impactador tendría que ser mucho mayor (alrededor de 20 a 25 kilómetros) y viajar a una velocidad de 15 a 20 kilómetros por segundo para explicar un cráter de más de 250 kilómetros de tamaño.
Esto significa que el impactador que formó el cráter Vredefort habría sido mayor que el asteroide que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, formando el cráter Chicxulub. Ese impacto tuvo efectos dañinos a nivel mundial, incluido el efecto invernadero, incendios forestales generalizados, lluvia ácida y la destrucción de la capa de ozono, además de causar el evento de extinción del Cretácico-Paleógeno que mató a los dinosaurios.
Si el cráter Vredefort fue aún mayor y el impacto más enérgico que el que formó el cráter Chicxulub, el impacto Vredefort pudo haber causado consecuencias globales aún más catastróficas.
"A diferencia del impacto de Chicxulub, el impacto de Vredefort no dejó un registro de extinción masiva o incendios forestales, dado que solo había formas de vida unicelulares y no existían árboles hace 2 mil millones de años", dice Nakajima. "Sin embargo, el impacto habría afectado al clima global mucho más extensamente que el impacto de Chicxulub".
El polvo y los aerosoles del impacto de Vredefort se habrían extendido por todo el planeta y bloqueado la luz solar, enfriando la superficie de la Tierra, añade. "Esto podría haber tenido un efecto devastador en los organismos fotosintéticos. Después de que el polvo y los aerosoles se asentaron, lo que podría haber llevado desde horas hasta una década, los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, que se emitieron por el impacto, habrían elevado la temperatura global potencialmente varios grados durante un largo período de tiempo".