El planeta más caliente del Sistema Solar no sigue tendencias, gira en el sentido contrario al resto de sus compañeros y tiene un pasado emocionante.
23 August 2018 | Fuente: NASA
Venus es el segundo planeta más cercano al Sol y nuestro vecino planetario más cercano, es similar en estructura y tamaño (6,052 kilómetros) a la Tierra, pero es un mundo muy diferente dentro del Sistema Solar.
Venus gira lentamente en dirección opuesta a la mayoría de los planetas. Y su rotación es muy lenta. Se necesitan alrededor de 243 días terrestres para girar una sola vez. Por otro lado, debido a que está tan cerca del sol, un año pasa rápido. Son necesarios 225 días terrestres para que Venus recorra todo el sol. Eso significa que un día en Venus es sólo un poco más largo que un año en Venus. Además, el sol sale en Venus cada 117 días terrestres, osea, sale dos veces durante cada año venusiano, ¡aunque todavía sea el mismo día en el planeta! Y debido a que Venus gira hacia atrás, el sol sale en el oeste y se pone en el este.
Su alrededor del Sol es la más circular que la de cualquier otro planeta del Sistema Solar, casi un círculo perfecto. Las órbitas de los otros planetas son más elípticas u ovaladas.
Con una inclinación axial de solo 3 grados, Venus gira casi en posición vertical, por lo que no experimenta apenas cambios de estación.
Su atmósfera espesa atrapa el calor en un efecto invernadero desbocado, convirtiéndolo en el planeta más caliente de nuestro sistema solar, con temperaturas de la superficie lo suficientemente calientes como para derretir el plomo.
Venus parece haber sido un planeta muy activo, debajo de las nubes de ácido sulfúrico que cubren el planeta se revelan volcanes y montañas deformadas. Estas nubes, al dispersar la luz del sol, son las que hacen que Venus se vea tan brillante en cielo si miramos desde la Tierra.
Lo último que sabemos sobre Venus, el segundo planeta del Sistema Solar, es que puede haber tenido un océano de agua líquida poco profundo y temperaturas superficiales habitables hasta 2 mil millones de años después de su primera época, de acuerdo con el modelado computarizado del antiguo clima del planeta realizado por científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA.