Tienen su pico de actividad entre el 22 y el 23 de abril. A pesar de ser una lluvia de meteoros discreta, algunos años llega a más de 100 por hora.
18 April 2022
La lluvia de meteoros de las Líridas es visible desde ambos hemisferios, aunque desde el hemisferio norte con mayor ritmo que desde el sur, entre el 16 y el 25 de abril.
Las líridas tienen una tasa media de actividad de 20 meteoros por hora, y una velocidad de 49 kilómetros por segundo durante varios días. A pesar de ser una lluvia de meteoros discreta, algunos años la tasa de actividad se incrementa a más de 100 meteoros por hora, pero es difícil predecir en qué año se producirán estos "estallidos".
Según informa el Instituto Geográfico Nacional, el 2022 no es un buen año para la observación de las líridas, puesto que su momento de máxima actividad se producirá dos días antes de que la Luna alcance su fase de cuarto menguante. La claridad de la luna, que además fue la mayor y más brillante del año el pasado día 17 impedirán que se puedan ver gran parte de los meteoros.
La máxima actividad de la lluvia se espera que tenga lugar entre el 22 y el 23 de abril. Podremos observar los meteoros en buenas condiciones desde que el radiante se sitúe por encima del horizonte (una hora después del anochecer) hasta la salida de la Luna.
Los meteoros de las líridas son fragmentos del cometa C/1861 G1 (Thatcher), un cometa de largo periodo que orbita alrededor del Sol una vez cada 415 años. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con fragmentos desprendidos del cometa Thatcher. Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.
Las líridas se han observado durante los últimos 2600 años, los registros más antiguos se conservan en el libro chino de crónicas Zuo Zhuan y datan del año 687 a.C.
Las lluvias de meteoros parecen tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina "radiante" y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Las líridas tienen su radiante en la constelación de Lyra.
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Aunque las líridas parecen venir de la constelación de Lyra (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.
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