La sonda, bautizada como Salsa (Cluster 2), volvió a entrar en la atmósfera terrestre a las 20:47 CEST del 8 de septiembre sobre el océano Pacífico Sur.
11 September 2024 | Fuente: ESA
El domingo pasado, el primer satélite del cuarteto Cluster de la ESA regresó sano y salvo a la Tierra en una ‘reentrada dirigida’, la primera del mundo, lo que marca un final brillante para esta notable misión.
La sonda, bautizada como Salsa (Cluster 2), volvió a entrar en la atmósfera terrestre a las 20:47 CEST del 8 de septiembre de 2024 sobre el océano Pacífico Sur. En esta región, el riesgo de que los fragmentos alcancen la tierra es absolutamente mínimo.
El reingreso se produce tras un ajuste de la órbita de Salsa en enero de 2024 para apuntar a una región lo más alejada posible de las zonas pobladas. Esto garantiza que cualquier parte de la nave espacial que sobreviva al reingreso caiga sobre el océano abierto.
Durante los últimos días, semanas y meses, los operadores de la nave espacial de la ESA han seguido de cerca a Salsa a medida que se acercaba a la Tierra, ajustando ligeramente la trayectoria de la nave espacial solo una vez para mantenerla en el camino correcto.
El reingreso de Salsa marca el final de una misión única que en última instancia ayudará a proteger a la humanidad de nuestro tempestuoso Sol.
A tan solo unos cientos de kilómetros por encima de nuestras cabezas, se libra una batalla continua entre las fuerzas de la naturaleza. Como un barco en una tormenta interminable, la Tierra es bombardeada por enjambres de partículas expulsadas del Sol a velocidades supersónicas.
La mayoría de estas partículas del viento solar son desviadas por la magnetosfera y pasan volando sin causar daño. Pero el escudo de la Tierra no es a prueba de balas. Las ráfagas de viento solar pueden aplastarlo sin piedad, empujando partículas energéticas a través de puntos débiles y dañando potencialmente los equipos electrónicos, incluidos los satélites vitales que orbitan en el espacio.
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Puede parecer ciencia ficción, pero los científicos llevan muchos años estudiando esta continua disputa entre el Sol y la Tierra, primero desde la Tierra y luego con la ayuda de satélites individuales. Pero las complejidades de la conexión Sol-Tierra siempre les han eludido. Hasta que apareció Cluster.
Durante las dos últimas décadas que Cluster ha pasado en el espacio, ha proporcionado datos inestimables sobre cómo interactúa el Sol con el campo magnético de la Tierra, lo que nos ayuda a comprender y pronosticar mejor el clima espacial.
Nuestra comprensión del clima espacial –las condiciones ambientales en el espacio causadas por la actividad del Sol– depende de la comprensión de muchos factores diferentes: el comportamiento del Sol, cómo viaja el viento solar a través del espacio y cómo responde la magnetosfera de la Tierra.
Con Cluster, la ESA se ha propuesto descubrir cómo responde la magnetosfera terrestre al viento solar. La antorcha científica de Cluster pasará a la misión Solar wind Magnetosphere Ionosphere Link Explorer (Smile) de la ESA/Academia de Ciencias de China, cuyo lanzamiento está previsto para finales de 2025.
Unos años más tarde, la misión Vigil viajará al espacio para unir las distintas piezas del rompecabezas, con el objetivo de proporcionar datos continuos y casi en tiempo real sobre la actividad solar potencialmente peligrosa. En última instancia, esto ayudará a garantizar la seguridad de las comunicaciones por satélite y de los viajes espaciales y aéreos.
Mientras que la mayoría de las misiones que exploran los fenómenos magnéticos de la Tierra se centran en el ecuador, el cuarteto Cluster orbitó sobre los polos, donde hay mucha actividad magnética. El viento solar en esta zona puede penetrar más profundamente en la atmósfera superior de la Tierra, dando lugar a las espectaculares auroras.
La capacidad de Cluster de observar latitudes más altas que otras misiones significó que reveló partes de la magnetosfera que nunca antes habíamos podido ‘ver’ con múltiples naves espaciales al mismo tiempo.
A través de su mapeo del campo magnético de la Tierra y su comparación con el deslucido magnetismo actual de Marte, Cluster ha reafirmado la importancia de nuestra magnetosfera para protegernos del viento solar.
La misión también ayudó a comprender las debilidades de la magnetosfera, incluida la forma en que las partículas del viento solar pueden atravesar el escudo. Incluso descubrió el origen de los ‘electrones asesinos’, partículas energéticas en el cinturón exterior de radiación que rodea la Tierra, que pueden causar estragos en los satélites.
Al monitorear y registrar continuamente la dinámica y las propiedades de la magnetosfera de la Tierra durante dos décadas, Cluster ha acumulado una riqueza de datos sin precedentes, lo que permite a los científicos hacer hallazgos verdaderamente innovadores, incluso sobre tendencias a largo plazo.