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La NASA explica que tenía la potencia de 11 veces la bomba de Hiroshima pero pasó desapercibido porque cayó en el mar de Bering.
25 March 2019
Un enorme meteorito cayó en la Tierra en diciembre de 2018, según publicaba recientemente la NASA. La explosión fue la segunda más grande de su tipo en 30 años, y la mayor desde el meteorito que cayó sobre Chelyabinsk en Rusia hace seis años. Pero, aunque liberó 11 veces la energía de la bomba atómica de Hiroshima, pasó casi desapercibido hasta ahora porque explotó sobre el mar de Bering, frente a la península rusa de Kamchatka.
Lindley Johnson, oficial de defensa planetaria en la NASA, explicó en la cadena de noticias BBC que un meteorito tan grande solo se espera dos o tres veces cada 100 años.
Alrededor del mediodía, hora local, el 18 de diciembre, el asteroide recorrió la atmósfera a una velocidad de 32 km / s , en una trayectoria pronunciada de siete grados.
Con varios metros de diámetro, la roca espacial explotó 25.6 km sobre la superficie de la Tierra, con una energía de impacto de 173 kilotones.
"Eso fue el 40% de la energía liberada por el de Chelyabinsk (un meteoro aún mayor caído en 2013), pero éste cayó sobre el mar de Bering, por lo que no tuvo el mismo efecto ni apareció en las noticias", dijo Kelly Fast, gerente del programa de observaciones de objetos cercanos a la Tierra en la NASA. "Algo que tenemos en nuestra defensa, hay mucha agua en este planeta".
El Dr. Johnson dijo que la bola de fuego surcó el cielo en un área no muy lejos de las rutas utilizadas por los aviones comerciales que vuelan entre América del Norte y Asia, y han comprobado el avistamiento con las aerolíneas de dicha zona
Los meteorito caen sobre la Tierra constantemente, sólo que la mayor parte de las veces se desintegran al entrar en contacto con atmósfera. Pero en ocasiones, estas bolas de fuego han causado grandes estragos, como el caso de Tunguska (Rusia, 1908), o incluso la extinción de una especie, como se considera que ocurrió con los dinosaurios. Por eso existen numerosos proyectos para prevenir posibles catástrofes desatadas por la caída de un meteorito, aunque el primer plan es siempre la detección.
