Astronomía
Otro hallazgo prometedor en busca de vida en las lunas de Júpiter
Europa, una de las lunas de Júpiter, tiene dióxido de carbono en su superficie, un elemento clave para la formación de vida.
Hoy ponemos el foco en unas de las lunas de Júpiter más interesantes: Europa, un satélite helado que tiene un océano subterráneo bajo una corteza de hielo de agua. Suena bien, ¿Verdad? Pero no es oro todo lo que reluce y de momento se desconocen las condiciones del océano y no está claro si está conectado a la superficie.
Lo que realmente llamaba la atención a los investigadores sobre Europa es que anteriormente se había observado dióxido de carbono (CO2) sólido en su superficie, pero se desconocía su origen. Por ello, han decidido observar a Europa con el telescopio espacial James Webb (JWST) para buscar la liberación activa de material sondeando su superficie y atmósfera. Dos equipos han analizado la espectroscopia infrarroja de Europa con Webb para investigar la fuente de CO2.
Un primer estudio sobre las lunas de Júpiter muestra que los investigadores Trumbo y Brown descubrieron que el CO2 se concentra en una región con una geología que indica transporte de material a la superficie desde el interior de la luna y analizan las implicaciones para la composición del océano interno de Europa.
Ilustración de Europa(en primer plano) una de las lunas del planeta Júpiter, con Júpiter a la derecha y la luna Io a lo lejos // Crédito: NASA/JPL-CaltechAnteriormente se había detectado dióxido de carbono (CO2) en la superficie de Europa, pero no era posible determinar si se originaba en la química del océano subsuperficial, si era transportado por impactos o si se producía en la superficie mediante el procesamiento por radiación del material transportado por impactos.
Pero tras este estudio, han encontrado una concentración de CO2 en Tara Regio, un terreno recientemente emergido. Esto indica que el CO2 procede de una fuente interna de carbono. Por lo que proponen que el CO2 se formó en el océano interno, aunque no pueden descartar la formación en la superficie a través de la conversión radiolítica de orgánicos o carbonatos derivados del océano.
En el otro estudio, Villanueva también identificó un origen interno del CO2 y con sus compañeros midieron su relación isotópica 12C/13C. Buscaron restos de material volátil en la superficie, pero hallaron una actividad menor que en observaciones anteriores. En conjunto, estos estudios demuestran que existe una fuente de carbono en el interior de Europa, probablemente en su océano.
En la búsqueda de muestras no se detectaron emisiones de agua, monóxido de carbono, metanol, etano ni fluorescencia de metano. Se detectaron cuatro características espectrales de hielo de dióxido de carbono (CO2); sus formas espectrales y su distribución por la superficie de Europa indican que el CO2 está mezclado con otros compuestos y concentrado en Tara Regio. La absorción de 13CO2 es coherente con una relación isotópica de 12C/13C = 83 ± 19. Lo que lleva a la interpretación de que estas observaciones indican que el carbono procede del interior de Europa y que los hallazgos de vida en Júpiter cada vez están más cerca.