Astronomía
Descubren una nueva región de la Vía Láctea, el espolón de Cefeo
Astrónomos españoles han descubierto una parte desconocida en la Vía Láctea, una especie de espolón que conecta el brazo de Orión con el de Perseo.
Un equipo científico, liderado por investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), han encontrado una nueva región de la Vía Láctea, y está llena de estrellas ardientes de color azul brillante que están a punto de explotar. Los investigadores estaban creando el mapa más detallado hasta la fecha de los brazos espirales salpicados de estrellas de nuestro vecindario galáctico con el telescopio Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) cuando descubrieron la región, a la que llamaron espolón de Cefeo, según informaron en un nuevo estudio.
Estrellas azules, de corazón caliente y de corta vidaUbicado entre el Brazo de Orión, donde está nuestro sistema solar, y la constelación de Perseo, el espolón es un cinturón entre dos brazos espirales llenos de estrellas enormes de tres veces la masa del sol y teñidas de azul por su calor abrasador.
Los astrónomos llaman a estas estrellas azules gigantes como estrellas OB debido a las longitudes de onda de luz predominantemente azules que emiten. Las estrellas de este tipo son las estrellas más raras, calientes, de vidas más cortas y más grandes de toda la galaxia. Las violentas reacciones nucleares que tienen lugar dentro de sus corazones las hacen seis veces más calientes que el sol. Las enormes explosiones estelares que acaban con sus vidas, llamadas supernovas, dispersan los elementos pesados ??esenciales para la vida compleja en el interior de la galaxia.
"Las estrellas OB son raras, en una galaxia de 400.000 millones de estrellas podría haber menos de 200.000", dijo a WordsSideKick.com el coautor del estudio, Michelangelo Pantaleoni González, investigador del Centro Español de Astrobiología (CAB). "Y, como son responsables de la creación de muchos de los elementos pesados, realmente pueden verse como los enriquecedores químicos de la galaxia. Es debido a estrellas como estas, muertas hace mucho tiempo, que la geoquímica de nuestro planeta fue lo suficientemente compleja como para que surgiera la bioquímica ". Dondequiera que encontremos estrellas azules, encontramos las regiones más activas y más "vivas" de la galaxia, según los investigadores.
El primer mapa de los brazos espirales de la Vía LácteaTambién sucede que estas estrellas de vida breve no tienen tiempo de alejarse de las zonas donde nacen, los brazos espirales, por lo que, además, son excelentes referencias para trazar un mapa de esas estructuras Galácticas.
Con este objetivo, el equipo de investigadores liderado por los astrónomos Michelangelo Pantaleoni González y Jesús Maíz Apellániz del Centro de Astrobiología, INTA-CSIC, ha realizado una exhaustiva actualización del catálogo ALS (de Alma Luminous Stars), el mayor catálogo existente de estrellas OB masivas de nuestra galaxia. Compilado hace dos décadas, este catálogo cuenta con casi 20.000 objetos.
Durante meses, los investigadores han cruzado los antiguos datos de cada estrella con los datos recientemente obtenidos con la misión Gaia de la ESA, obteniendo un catálogo completamente actualizado. Los nuevos datos, recientemente publicados en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS), han permitido al equipo trazar por vez primera el mapa más detallado de los brazos espirales de la Vía Láctea.
Mapa que muestra el disco de la Vía Láctea visto de canto poblado por las estrellas masivas del entorno solar, en amarillo el espolón de Cefeo/ Crédito: M. Pantaleoni González, J. Maíz Apellániz, R.H. Barbá y B. Cameron ReedLos investigadores triangularon las distancias de las estrellas a la Tierra utilizando una técnica llamada paralaje estelar. Al comparar las posiciones aparentes de las estrellas, observadas desde diferentes perspectivas durante la órbita de la Tierra alrededor del sol, los astrónomos pueden calcular las distancias a las estrellas ellos mismos. Usando esta técnica, junto con los datos del telescopio Gaia de la ESA, el equipo trazó un mapa de estrellas a distancias más allá de cualquiera de las cartografiadas antes y en áreas del espacio que antes se pensaba que estaban vacías.
El espolón de CefeoEl mapa es tan detallado que ha permitido al equipo científico descubrir algo que nadie había visto hasta ahora: un ramal de nuestro brazo espiral (el de Orión) de unos 10.000 años-luz de longitud que se extiende hacia afuera en dirección al siguiente brazo (el de Perseo), elevándose además por encima del plano de la Galaxia. Los investigadores han bautizado a esa nueva estructura descubierta “el espolón de Cefeo”: espolón (spur en inglés) porque es como se denominan este tipo de estructuras entre brazos y de Cefeo porque es la constelación donde es más prominente.
Situación del espolón de Cefeo en la Vía Láctea/ Crédito: Michelangelo Pantaleoni"Después de meses de trabajo, vimos este hermoso mapa por primera vez", explicó Pantaleoni González. "Me sentí como un explorador de la Ilustración, trazando los primeros mapas precisos de nuestro mundo, justo ahora en otra escala. Me sentí extremadamente humilde y diminuto al ver cuán vasto es nuestro vecindario estelar".
Los científicos demostraron que la nueva región era parte del disco galáctico espiral que comprende la mayor parte del material de nuestra galaxia, y no solo una alineación aleatoria de estrellas, al observarlas moviéndose constantemente en la misma dirección.
También sospechan que mirar la posición del espolón, que está ligeramente por encima del disco galáctico, podría proporcionar algunas pistas tentadoras sobre el pasado de la Vía Láctea.
"Si vivimos en una galaxia con corrugaciones, que son ligeras variaciones verticales u ondulaciones en su disco, podría apuntar a una historia de evolución violenta para nuestra galaxia", señaló Pantaleoni González. "Podrían ser signos de colisiones pasadas con otras galaxias".
El siguiente paso para los investigadores será colocar estrellas OB adicionales en un mapa más preciso, con los nuevos datos de Gaia EDR3, que esperan producirá aún más información sobre las estructuras de nuestra galaxia.