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'Aotea”, los cielos intactos de la Isla Gran Barrera
Un Santuario Dark Sky en Nueva Zelanda con apenas 1000 habitantes y sin alumbrado público es el destino ideal para el astroturista aventurero.
Conocida como "Aotea" por los indígenas maoríes, la Isla Gran Barrera es un paraíso situado a unos 100 kilómetros (62 millas) al noreste del centro de Auckland, en el exterior del golfo de Hauraki en la isla norte de Nueva Zelanda. Con zonas de absoluta oscuridad nocturna, es un destino sin explotar para los amantes de la observación de estrellas con la categoría de Santuario Dark Sky.
Es la sexta isla más grande de Nueva Zelanda. Inicialmente explotada por su riqueza mineral y los árboles de kauri, sus aproximadamente 1.000 residentes permanentes se ganan la vida actualmente de la agricultura y el turismo. El ritmo de vida en la Isla Gran Barrera es lento, regido por una forma de vivir tradicional que lo aísla del frenetismo del mundo exterior.
Con poca presión para el desarrollo y casi el 60% de su territorio bajo la administración del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda como reserva natural, la Isla Gran Barrera ha conservado prácticamente toda su oscuridad natural durante la noche. Esas condiciones quedan protegidas además por la separación de la isla del resto del continente por el golfo de Hauraki y la ausencia de electricidad para el alumbrado público.
Santuario Dark Sky en AoteaUn cielo nocturno oscuro se ha convertido ya en parte de los valores culturales de los isleños, ya que gradualmente se dan cuenta del potencial valor del astroturismo y la necesidad de mantener la integridad de los paisajes nocturnos de la isla.
Los santuarios Dark Sky se encuentran en áreas remotas con pocas amenazas a la calidad excepcional de sus noches estrelladas. Aotea, es un lugar único en el que su aislamiento, la escasa población residente y el hecho de no tener alumbrado público significa que puede preservar y proteger su cielo nocturno para que las generaciones futuras lo disfruten, por eso la Isla Gran Barrera ostenta la categoría de Santuario Dark Sky de Nueva Zelanda.
La Vía Láctea atraviesa el cielo en el hemisferio sur y las nubes de Magallanes, que no son visibles en el hemisferio norte, se pueden observar con facilidad. El cielo nocturno está entretejido en la cultura maorí con Matariki, el surgimiento de la constelación de las Pléyades, que marca el Año Nuevo maorí. El cielo nocturno es un espectáculo que los residentes ya comparten con los visitantes, pero la naturaleza espectacular del cielo de la Isla Gran Barrera merece ser compartida con el mundo entero.