La nave espacial rusa se estrelló en la Luna ¿qué pasará ahora?

Astronomía

La nave espacial rusa se estrelló en la Luna ¿qué pasará ahora?

Roscosmos ha determinado que Luna 25 había 'dejado de existir como resultado de una colisión con la superficie lunar'. ¿Qué significa esto para Rusia?

Rusia confirma que su nave espacial Luna 25 se estrelló contra la superficie de la Luna durante los preparativos para intentar un aterrizaje en el polo sur lunar. “Es enormemente decepcionante”, explica Simeon Barber, científico planetario de la Universidad Abierta de Milton Keynes, Reino Unido. “Demuestra que aterrizar en la luna no es fácil”.

La nave espacial sin tripulación despegó del cosmódromo de Vostochny en el este de Rusia el 10 de agosto. Fue la primera misión del país a la Luna desde su misión Luna 24 en 1976. El objetivo era aterrizar en el cráter Boguslawsky de 100 kilómetros de ancho cerca del polo sur, lo que habría convertido a Rusia en el primer país en aterrizar una nave en este ubicación.

Pero el 19 de agosto, la agencia espacial rusa Roscosmos anunció en la red social Telegram que “se interrumpió la comunicación con la nave espacial Luna-25”, después de haber enviado un comando de impulso a la nave espacial para bajar su órbita alrededor de la Luna. Los intentos de contactar a la nave espacial el 20 de agosto no tuvieron éxito, lo que llevó a Roscosmos a determinar que Luna 25 había "dejado de existir como resultado de una colisión con la superficie lunar".

El fracaso de la misión será una gran pérdida para las ambiciones espaciales de Rusia, explica a la revista Nature Bleddyn Bowen, especialista en política espacial de la Universidad de Leicester, Reino Unido. “Es simplemente el ejemplo más espectacular de los problemas que han asolado al sector espacial ruso durante muchos años”, añade. “No sé cómo se van a recuperar de esto”.

Si Luna 25 hubiera aterrizado con éxito, la nave espacial habría utilizado varios instrumentos, incluido un brazo robótico, para excavar hasta 50 centímetros en la superficie lunar en busca de hielo de agua, que se cree abundante en el polo sur de la Luna y un recurso potencial para futuras misiones. .

El módulo de aterrizaje estacionario fue diseñado para durar hasta 12 meses en la superficie, lo que podría haber revelado posibles cambios en la "escarcha en la superficie de la Luna", señala Barber, quien formó parte de una colaboración europea con Rusia en misiones lunares que terminaron el año pasado tras la invasión rusa de Ucrania. "Creemos que hay un ciclo de agua activo en la Luna hoy, con moléculas de agua atrapadas en lugares fríos".

El aterrizaje de Luna 25 estaba programado justo antes de otro intento de aterrizar en el polo sur de la Luna. La nave espacial india Chandrayaan-3 apuntará a aterrizar en la superficie el 23 de agosto, y el vehículo actualmente está buscando el lugar de aterrizaje oportuno desde la órbita lunar. “Si tienen éxito, sería una gran demostración de cómo India puede realizar misiones lunares de una manera que Rusia no puede”, explica Bowen.

La NASA también espera aterrizar una nave en el polo sur de la Luna a finales de este año, haciendo autostop con la empresa privada estadounidense Intuitive Machines, con otros alunizajes estadounidenses no tripulados planeados antes del regreso de los astronautas estadounidenses a la luna a finales de esta década. China también ha puesto su mirada en el polo sur lunar, ya que ha conseguido alunizar por primera vez en el lado oculto de la Luna y devolver muestras de la Luna en los últimos años.

Rusia todavía tiene dos misiones lunares más en proceso, el orbitador Luna 26 y el módulo de aterrizaje Luna 27, pero el estado de esas misiones no está claro tras el fracaso de Luna 25. “Es inevitable hacer retroceder el programa”, señala a Nature Christopher Newman, profesor de derecho y política espacial en la Universidad de Northumbria en Newcastle, Reino Unido. Pero agrega que sería una "sorpresa" si esas misiones no continúan mientras Rusia continúa tratando de demostrar su destreza espacial.

“Este fue claramente un intento de restablecer a Rusia como una potencia espacial dominante”, recalca Newman. “Minará profundamente su confianza no haberlo logrado”.

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