Una estrella de la Osa Mayor es un invasor alienígena

Astronomía

Una estrella de la Osa Mayor es un invasor alienígena

Según pistas en sus huellas químicas, esta estrella procede de otra galaxia enana del vecindario de la Vía Láctea.

La inusual química de una la estrella en la Osa Mayor es diferente a la del resto de las estrellas conocidas en la Vía Láctea y, sin embargo, tiene mucho en común con las estrellas de algunas galaxias enanas cercanas, según revela una investigación reciente.

Los investigadores sospecharon que el bicho raro estelar, llamado J1124 + 4535, se originó en una galaxia enana que colisionó con la Vía Láctea hace mucho tiempo. De acuerdo con esa teoría, cuando la galaxia enana se destruyó, esta estrella quedó varada en nuestro vecindario cósmico.

La estrella fue descubierta por primera vez en la constelación de la Osa Mayor en 2015, por el Telescopio Espectroscópico de Fibra de Objetos Múltiples de Gran Área en el Cielo (LAMOST) en China. En 2017 imágenes de mayor resolución fueron captadas por el Telescopio Subaru en Japón, según informaron los científicos el 29 de abril en la revista Nature Astronomy.

Las lecturas del espectro de la estrella revelaron que era baja en metales como el magnesio, pero tenía niveles inesperadamente altos del elemento pesado europio; Una relación de elementos que es única en comparación con otras estrellas de la Vía Láctea, explicaron los investigadores.

Los elementos en las estrellas reflejan la composición del polvo y las nubes de gas donde se formó la estrella. Las estrellas que son vecinas cercanas generalmente están formadas por los mismos materiales y, por lo tanto, tienen firmas químicas similares. Cuando una estrella se destaca de un grupo, los científicos buscan en otra parte para ver dónde podría haber nacido.

Estudios anteriores habían descubierto que la Vía Láctea se formó al chocar y absorber galaxias más pequeñas. Y las estrellas pobres en metales como J1124 + 4535 son comunes en las galaxias enanas que orbitan la Vía Láctea en la actualidad.

Según el estudio, el análisis de J1124 + 4535 proporciona "la firma química más clara" de las antiguas fusiones de galaxias que dieron forma a la Vía Láctea hace miles de millones de años.

Y esa no es la única evidencia cósmica que alude al turbulento pasado de la Vía Láctea.

Se cree que un abultamiento peculiar en el centro de la Vía Láctea es el resultado de una colisión con una galaxia enana alargada hace unos 10 mil millones de años. Ese evento infló el núcleo de la Vía Láctea con un flujo de miles de millones de estrellas, algunas de las cuales se encuentran entre las más antiguas del universo.

La Vía Láctea aún está "perturbada" tras chocar con otra galaxia.

Es posible que haya una explosión aún mayor en el futuro de la Vía Láctea: nuestra galaxia está actualmente en curso de colisión con otra galaxia espiral, la Gran Nube de Magallanes. Afortunadamente, eso no ocurrirá hasta al menos otros 2 mil millones de años, y esa colisión sucederá de 2 a 3 mil millones de años antes de chocar con la Galaxia de Andrómeda.

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