Astronomía
La experiencia de viajar al espacio contada por un astronauta
Miguel López-Alegría, astronauta de la NASA, explica sus inicios en la aeronáutica y sus sensaciones en el espacio exterior
8 kilómetros por segundos. Esa es la velocidad orbital que alcanza una nave espacial de la NASA. Lo sabe bien Miguel López-Alegría, el primer astronauta estadounidense nacido en España, al que hemos tenido el privilegio escuchar contando cómo es la increíble experiencia de viajar al espacio.
López-Alegría, de padre español y madre americana, tenía claro desde pequeño que su reino no era de este mundo, o que al menos iba más allá de él. Su sueño de convertirse en astronauta quedó reforzado con la llegada del hombre a la Luna en 69, a la que asistió siendo un niño junto a toda su familia.
Además de ser ingeniero aeronáutico y piloto de combate, en 1992 comienza su entrenamiento para ser astronauta y en 1995 realiza su primera misión con la NASA. En total participó en tres misiones del transbordador espacial y dos en la Soyuz, siendo también comandante en la Estación Espacial Internacional.
Desde que despega, un cohete tarda 2 minutos en alcanzar la velocidad sónica y 8 minutos y medio en coger la velocidad orbital. Pero esos minutos desde que empieza la cuenta atrás son cruciales.
Abajo todo está preparado por si algo sale mal, de hecho, incluso hay una persona encargada de destruir la nava desde Tierra si puede ser un peligro. Los astronautas conocen a esta persona unos días antes del vuelo, para “mirar a los ojos a quien tiene tu vida en sus manos” cuenta López-Alegría.
Como astronauta ha registrado más de 257 días en el espacio, ostentando el récord de la NASA hasta que fue batido por la astronauta Peggy Whitson en 2017, y realizó 10 paseos espaciales en los que experimentó “la sensación mágica de ser un satélite humano”. Este veterano del espacio sabe muy bien lo que es observar el planeta desde otra perspectiva y eso le ha otorgado, entre otras cosas, humildad y conciencia.
“Desde el espacio al mirar a la Tierra no se ven los conflictos, ni las fronteras” afirma López-Alegría. “Arriba te das cuenta de que nuestra nave espacial, la de los humanos, es la Tierra, y que debemos protegerla junto a la vida de todos los seres que somos sus pasajeros”