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Ruta de astroturismo por el idílico Parque Nacional Cajas
Esta Reserva de la Biosfera en Ecuador tiene 235 lagunas y coloridos bosques, llenos de especies endémicas de flora y fauna andina.
Existen lugares tan hermosos en el mundo que parecen haber salido de la imaginación del hombre. A casi 4.000 metros de altura, el Parque Nacional Cajas, al sur de Ecuador, es un enclave de exuberante belleza natural. Sus famosas lagunas y bosques, con especies endémicas de plantas y animales, sólo son comparables con sus limpios cielos oscuros. Por eso es el Parque Nacional Cajas es uno de los mejores destinos de astroturismo en Latinoamérica.
Al occidente de la ciudad de Cuenca y con una superficie de 28,544 hectáreas se encuentra el Parque Nacional Cajas; uno de los escenarios más asombrosos conocidos por el hombre. Debido a ello, la UNESCO lo declaró “Reserva de la Biosfera”.
El nombre Cajas proviene de la palabra quechua “caxas” que significa “frío” aunque existe una versión que dice que la apariencia producida por su constitución geológica, forma “cajas” en las cuales se localizan las numerosas lagunas que hay en el parque.
Desde el mirador de Avilahuyco, el paisaje que se aprecia permite distinguir las “cajas” que cubren la zona y en la laguna Taitachungo, por medio de los senderos se recorre Ingañán o Camino del Inca hacia la cueva de Luspa.
Caminando por el Parque Nacional de CajasExisten 235 lagunas bien definidas y en su interior se origina el río Tomebamba, símbolo de la ciudad de Cuenca. Al aventurarse en ellas, será testigo del cantar de los curiquingues, el pomposo vuelo de las gaviotas andinas y otras aves del páramo.
Una alfombra verdosa se convierte en una compañía constante para los ojos del afortunado visitante. A pesar de que existen lugares similares en el mundo, no hay otro sitio que fusione tanto la variedad lacustre con una gran biodiversidad; llamas, osos de anteojo, o venados de páramo, pueblan estas ricas tierras, llenas de vegetación, como orquídeas, helechos y, por supuesto, la Quinoa o polilepis, árbol autóctono (llamado también árbol de papel) y símbolo del Parque Nacional Cajas, caracterizado por ramas y tronco retorcidos, componen prodigiosos bosques en miniatura.
Es el lugar preciso para el acercamiento con la naturaleza, la diversión, el turismo ecológico, el astroturismo y la investigación.
La facilidad para realizar caminatas, camping, escalada, pesca deportiva, ciclismo de montaña, fotografía, astrofotografía y observación de aves, convierten al Parque en un destino ineludible para los amantes de la ecología y el contacto directo con la vida natural.