Destinos
Entre las estrellas, el desierto y los beduinos
Una experiencia de astroturismo por el desierto del Sinaí en Egipto, desde el firmamento hasta el Monte del Sinaí o el Monasterio de Santa Catalina
Viajar al corazón del Sinaí para contemplar las estrellas y los planetas que brillan sobre su cabeza, mientras absorbe la serenidad del desierto. Una experiencia de turismo astronómico en Egipto que debería vivir al menos una vez en la vida...
La península del Sinaí es la parte más oriental de Egipto, entre el Mediterráneo y los golfo de Suez y Aqaba, ambas bifurcaciones del Mar Rojo. Las costas occidental y septentrional están prácticamente deshabitadas, pero varios asentamientos beduinos y atracciones turísticas salpican la costa oriental.
Si desea hacer astroturismo en el Sinaí lo más aconsejable para disfrutar de la experiencia del cielo nocturno, dada la vastedad y dureza del desierto (sobre todo en verano), es realizar la excursión con un guía.
Según todas las guías turísticas, el recorrido comienza con un viaje en autobús (o minibús) de unos 45 minutos hacia el desierto del Sinaí. Llegados a un punto, se sigue a pie hasta el lugar elegido para la observación de estrellas. Allí un astrónomo explica las estrellas y la constelación de Orión antes de pedirle que levante los ojos al cielo para observar el asombroso firmamento. Si no lleva su propio material, los paquetes turísticos incluyen el uso de telescopios para poder buscar en el cielo nocturno con la esperanza de ver un cráter en la superficie de la luna o una estrella fugaz mientras disfruta del silencio del desierto.
La mayoría de tours (por no decir todos) le ofrecen la posibilidad de visitar también a los beduinos en su tienda de campaña para aprender más sobre estos habitantes del desierto. Muchos de los antepasados de los beduinos provenían de la Península Arábiga y las leyes, costumbres y religiones beduinas combinan creencias tanto islámicas como paganas. Su resistencia y sorprendente hospitalidad nacieron de su estilo de vida en el Sinaí: el aislamiento, el clima hostil y la necesidad de seguir avanzando en la búsqueda de agua. Incluso hoy en día, la riqueza de un beduino todavía se mide en camellos y niños, pero la tecnología occidental lentamente está haciendo sentir su presencia.
Por otra parte, la razón por la que la mayoría de los turistas van a la Península del Sinaí son los paisajes submarinos: la costa del Sinaí ofrece algunos de los mejores lugares para bucear en el mundo.
La región también encuentra en el Sinaí un foco de atracción turística debido a la cantidad de lugares sagrados y de culto que se encuentran en la zona como por ejemplo el Monte del Sinaí donde, según las escrituras Abrahámicas, el Profeta Moisés recibió los Diez Mandamientos, y su vecino, el místico Monasterio de Santa Catalina, en el que se reúnen fieles de todo el mundo para meditar. Muy cerca, en la aldea de Catalina (Katerina), hay un campamento beduino en el que es posible alojarse.
Y si, además de las estrellas, le gusta el senderismo, existen muchas rutas que puede hacer caminando, como ir a la montaña Tarboush, El Galt el Azrak, Gabal El Banat, montaña Bab El Donia (puerta a la vida), la aldea Nabateya, Wadi Etlah, Kharazet El-Shhagg, Gebel Abbas Pasha o Ain Najila.