La vuelta a casa del satélite ERS-2 de la ESA, el pionero de la vigilancia climática

Astronomía

La vuelta a casa del satélite ERS-2 de la ESA, el pionero de la vigilancia climática

Lanzado en 1995, el ERS-2 fue un satélite fundamental de observación de la Tierra que influyó enormemente en nuestra comprensión del cambio climático.

El segundo satélite europeo de teledetección ERS-2 de la ESA ha vuelto a entrar en la atmósfera terrestre sobre el Océano Pacífico Norte. El satélite regresó el 23 de febrero a las 18:17 CET (17:17 UTC) entre Alaska y Hawai.

La reentrada del ERS-2 fue "natural". La ESA utilizó el último combustible, vació las baterías y bajó el satélite de su altitud de 785 km a 573 km. Así se redujo el riesgo de colisión con otros satélites y basura espacial. Como resultado, no fue posible controlar el ERS-2 en ningún momento de su reentrada y la única fuerza que impulsó su descenso fue la impredecible resistencia atmosférica.

En el momento de su lanzamiento, los satélites ERS-1 y ERS-2 eran los satélites de observación de la Tierra más sofisticados jamás desarrollados en Europa. En marzo de 2000, un fallo informático puso fin a la misión del ERS-1. Sin embargo, el ERS-2 sobreviviría mucho más tiempo.

ERS-2, un satélite pionero de observación terrestre

Lanzado en 1995, el ERS-2 fue un satélite pionero de observación de la Tierra que influyó enormemente en nuestra comprensión del planeta y del cambio climático. Pese a una vida útil prevista de sólo tres años, el satélite tuvo una vida operativa de 16 años y, junto con el satélite casi idéntico ERS-1, dejó un importante legado para el futuro de la observación de la Tierra.

ERS-2 recogió gran cantidad de datos valiosos sobre la superficie terrestre, los océanos y los casquetes polares de nuestro planeta, y también vigiló catástrofes naturales como graves inundaciones y terremotos en zonas remotas del mundo.

Aunque el satélite seguía funcionando, la Agencia Espacial Europea (ESA) puso fin a la misión en 2011. Cuanto más tiempo permanece en órbita un satélite inactivo, mayor es el riesgo de colisión con otros satélites o basura espacial, por lo que se tomó la decisión de reducir la altitud media del ERS-2 de 785 km sobre la Tierra a 573 km, iniciando así el proceso de desorbitado. Esto redujo el tiempo que la nave pasaría en órbita de más de 100 años a menos de 15.

Midiendo la temperatura de la Tierra

Los datos sobre la temperatura de la superficie son necesarios para la previsión meteorológica, la predicción oceánica y la vigilancia del clima, y aunque las mediciones "in situ" (por ejemplo, a partir de boyas) son útiles, los datos obtenidos por satélite pueden abarcar todo el océano, incluso en regiones remotas. Tanto el ERS-1 como el ERS-2 llevaban un instrumento denominado radiómetro de barrido a lo largo de la trayectoria (ATSR), que permitía a los científicos estimar con precisión la temperatura detectando el calor infrarrojo de la superficie terrestre.

La reentrada del ERS-2 forma parte de los esfuerzos más amplios de la ESA para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales. Entre ellos se incluye la iniciativa Clean Space de la ESA, que promueve el desarrollo de nuevas tecnologías para misiones espaciales más sostenibles en colaboración con la comunidad espacial europea en general, así como el planteamiento Zero Debris, que reducirá aún más los residuos dejados en órbitas terrestres y lunares por futuras misiones.