Astronomía
Escuela Lucila Godoy de Michilla, el proyecto de astronomía del que nos hemos enamorado
Una escuelita en mitad del desierto de Antofagasta en Chile, con apenas veinte alumnos, recibe reconocimiento internacional por su iniciativa astronómica.
Vamos a contarte una historia de trabajo duro con un toque muy estelar. En pleno desierto de la Región de Antofagasta en Chile, en una aldea con apenas 250 habitantes llamada Michilla, existe una casa que cumple las funciones de recinto educativo, es la Escuela Lucila Godoy Alcayaga. Hace tres años, cuando los antiguos educadores decidieron dejar la comunidad, un matrimonio de profesores compuesto por Rosa Contreras y Jorge Rodríguez postularon y acabaron por hacerse cargo del centro. Sin embargo, el nuevo trabajo implicaba movilizar a toda la familia hasta Michilla, dejando atrás Mejillones donde habían vivido 32 años.
“Nosotros vinimos a conocer el sector y lo primero que nos gustó fue la gente y los niños, porque aquí la comunidad es muy encantadora, cariñosa y acogedora. Ya han pasado tres años de trabajo, lo que nos ha permitido obtener el reconocimiento de escuela de excelencia”, comenta orgullosa la maestra al medio digital revistadeeducacion.cl.
Los docentes Rosa y Jorge (izquierda) y su hija Sandra/ Vía: revistadeeducacion.clActualmente, la Escuela Lucila Godoy Alcayaga es un centro de educación primaria con una visión científico-humanista, que imparte clases a algo más de una veintena de alumnos. El hecho de que esté ubicada en el corazón de Antofagasta, una región con tres Destinos Turísticos Starlight como son Alto Loa, Pampa Joya y Mano del Desierto, se integra perfectamente con la divulgación astronómica entre los estudiantes, a los que se conciencia desde edad temprana sobre la importancia de descubrir y proteger el cielo nocturno. Pero el matrimonio de docentes ha ido más allá, y ha conseguido traer el espacio exterior ¡hasta las mismísimas aulas!
La idea surgió de un trabajo sobre el sistema solar que su hija menor, Sandra Rodríguez, debía crear para su último año de Pedagogía en Educación Parvularia. “Ella nos planteó el tema y quisimos ayudarla para que, una vez que presentará la tarea, nosotros pudiéramos aterrizar el proyecto a la realidad de nuestros alumnos. Así creamos un viaje al universo”, comenta la profesora Rosa.
La maestra Rosa Contreras de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga/ Vía: 24h.clToda la escenografía fue elaborada por ellos, usando cartón y materiales reciclados para crear el entorno espacial. A partir de aquí, la actividad lleva a sus 21 estudiantes de 1° a 6° de primaria a viajar al universo acompañados, nada menos, que por la mismísima Princesa Leia de Star Wars, personaje que interpreta la hija de Rosa y Jorge. Es ella quien se encarga de guiarlos por los planetas mientras aprenden sus características. Al finalizar, el propio Darth Vader, al que da vida el profesor Jorge, pone a prueba los conocimientos adquiridos.
“Hagan sus preguntas, sino se quedarán en el espacio infinito y se perderán entre las estrellas”, sentencia Vader. Y luego explica: “Esto hizo que nuestros niños hicieran muchas preguntas y se formaran sus propias opiniones sobre el tema”, concluye el director y docente Jorge Rodríguez.
La Princesa Leia guía el viaje al universo de los alumnos de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga /Vía: 24h.clCabe señalar que, debido a la pandemia del Covid-19, los profesores tomaron todas las medidas sanitarias para que sus estudiantes estuvieran en un ambiente higienizado y con distanciamiento social, antes de iniciar su 'viaje por el espacio exterior'.
Su aporte a la comunidad ha sido destacado tanto en la región como internacionalmente. Así, el pasado mes de enero, la Fundación Starlight otorgó a la Escuela Lucila Godoy Alcayaga de Michilla y a sus responsables un reconocimiento oficial en la modalidad de Educación y Difusión de la Astronomía para apoyar su labor y como incentivo para que sigan promoviendo los valores Starlight en defensa del cielo nocturno.
Así que, ya ves, es fácil sentir admiración por el trabajo de estos maestros, que han sabido demostrar que solo se requiere de imaginación y motivación para impulsar el interés de los niños por el espacio y la astronomía.