Astronomía
Van Gogh, el pintor que se enamoró de la noche y las estrellas
El pintor tenía fascinación por la luz y el titilar de los astros, como podemos ver en el cuadro ‘La noche estrellada’.
Las estrellas pueden resultar hipnóticas, misteriosas e incluso aterradoramente distantes. Su belleza es innegable y lleva cautivando la imaginación del ser humano desde que irguió la cabeza y miró la noche oscura. El pintor Vincent Van Gogh, el maestro del color que revolucionó la pintura postimpresionista, trató de capturar su esencia en varias de sus obras de arte. Estas son tres de las más conocidas en las que el genio neerlandés nos muestra su particular visión de la luz y las estrellas.
La noche estrelladaLa noche estrellada es una de las pinturas más conocidas en la cultura moderna, además de ser uno de los grabados más reproducidos y deseados del mundo. Con innumerables productos que la representan, es casi imposible no conocer este increíble cuadro.
Hay muchos aspectos que intrigan a quienes miran a esta imagen y uno de los fundamentales se encuentra en la parte superior de la pintura. La composición muestra un oscuro cielo con dos espirales nebulosas que se abrazan una a otra creando la sensación de movimiento y fluidez. En el cielo nocturno, junto con las once estrellas con halo propio y exagerado, se encuentra en la esquina superior derecha una luna menguante de tonos amarillentos igualmente luminosa, dando la impresión de un sol en vez de una luna.
Los elementos internos del cielo nocturno de La noche estrellada han sido analizados exhaustivamente, especialmente la estrella más luminosa del cuadro, que según investigaciones actuales correspondería al planeta Venus.
La noche estrellada es sin duda uno de los cuadros más fascinantes del postimpresionismo, por su uso del color y la sensación de movimiento que captura la mirada del espectador y la guía como en un vals de percepciones. Resulta fascinante cómo Van Gogh consigue que la noche oscura cobre vida gracias al brillo de las estrellas, una danza de luces y sombras que reproduce perfectamente la sensación mágica de observar el firmamento.
Noche estrellada sobre el RódanoLa pieza no es la única pintura en la Van Gogh muestra su afán por reproducir la noche y las estrellas. El pintor neerlandés ya había pintado anteriormente las estrellas reflejándose en el río Ródano.
Noche estrellada sobre el Ródano tiene muchas de las cualidades pictóricas que tiene La noche estrellada, como esas estrellas rodeadas por su propio orbe de luz. En esta pintura, sin embargo, hay una atmósfera más realista y serena y aparecen seres humanos caminando junto al río.
La terraza de café por la nocheLa terraza de café por la noche forma parte también de la serie de pinturas de Arles realizadas en 1888.
Las semejanzas entre esta pieza y las dos anteriores son vagas. Este cuadro ofrece un nuevo tipo de perspectiva del cielo lleno de estrellas, ya que este caso los astros son apenas consumidos en su propia luz. Y su protagonismo es más relativo que en La noche estrellada. Pero la noche sigue aportando valor en su oscuridad como contrapunto al color de las calle del café, con un fuerte contraste de luz que ayudan los complementarios azules y naranjas.
Tanto La noche estrellada, como Noche estrellada sobre el Ródano, y La terraza de café por la noche, tienen como denominador común, ese telón de fondo nocturno que impregna la pintura de una atmósfera en movimiento.
Estas tres pinturas han asombrado a millones de personas y son tres de las mejores obras de Van Gogh. Cada día cientos de millones de personas se aglomeran alrededor de las pinturas originales en los museos de arte para ofrecer su propia interpretación de las piezas. Aunque nunca sabremos cómo se sentía Vincent Van Gogh con respecto a estas pinturas, sí podemos asegurar que, como tantos otros, el artista estaba prendado por la luz de la noche y sus estrellas.