Astronomía
Steve, el primo raro de las auroras boreales
Gracias a los datos de los satélites y las fotos de los aficionados, los científicos han encontrado una explicación sobre el origen de este fenómeno.
Los científicos finalmente tienen una explicación para el extraño fenómeno celestial llamado STEVE, que se parece a una aurora y también se comporta como una, pero tiene varias diferencias clave.
Una aurora típica, a veces llamada la aurora boreal o la luz del sur, dependiendo del hemisferio en el que se encuentra, se produce cuando las partículas cargadas del sol (iones) interactúan con las moléculas de oxígeno y nitrógeno de la Tierra. Esta interacción excita las moléculas y las hace brillar.
Qué son las auroras boreales y dónde encontrarlasPero STEVE, conocido formalmente como Strong Thermal Emission Velocity Enhancement, es diferente. En el hemisferio norte, el fenómeno es visible desde áreas más al sur que una aurora típica, y parece una cinta de luz rosa o malva. A veces, STEVE tiene incluso apariencia de "valla con estacas", con columnas verdes de luz que pasan a través de la cinta. Las auroras, por el contrario, suelen verse como cintas verdes relucientes.
Una nueva investigación sobre el fenómeno sugiere que el aspecto de STEVE es causado por un mecanismo similar al proceso de una aurora. Las rayas malva de STEVE se producen cuando las partículas cargadas se calientan a gran altura en la atmósfera, más al sur que las típicas auroras. "Esto ocurre fuera de la zona auroral, por lo que es realmente único", dijo en un comunicado Bea Gallardo-Lacourt, físico espacial de la Universidad de Calgary en Canadá, y coautora de la nueva investigación.
Durante un tiempo, los orígenes de STEVE fueron un misterio. El fenómeno fue descubierto en 2016 por científicos no profesionales de Canadá. Un estudio realizado en 2018 demostró que su brillo, a diferencia de lo que había propuesto en una hipótesis inicial, no se debe a que las partículas cargadas caigan a la atmósfera. Los autores también señalaron que STEVE puede aparecer al mismo tiempo que una aurora, lo que hace que sea aún más difícil averiguar cuál es cuál.
Steve/Crédito: © Rocky RaybellEl nuevo estudio examinó los datos recopilados de los satelitales sobre los eventos STEVE entre abril de 2008 y mayo de 2016. Las mediciones incluyeron información sobre los campos magnéticos y eléctricos de la Tierra en la magnetosfera, la región de la atmósfera donde el campo magnético del planeta es más fuerte que cualquier corriente proveniente del sol. Luego, los científicos compararon los hallazgos de los satélites con las fotos de STEVE hechas al mismo tiempo por aficionados.
Cuando STEVE aparecía, los autores del estudio se dieron cuenta de que los electrones energéticos se vertían en la ionosfera de la Tierra, la capa de la atmósfera donde los átomos pierden electrones debido a la radiación solar y cósmica. La enorme fricción crea partículas de calor, lo que crea el brillo rosado, casi como una bombilla incandescente.
La información satelital reveló además cómo ocurre el aspecto de "valla de estacas" de STEVE. Los datos revelaron ondas que se movían desde la magnetosfera de la Tierra a la ionosfera. En esta región, las ondas pueden energizar electrones y moverlos fuera de la magnetosfera, creando la apariencia de poste, que ocurre simultáneamente en los hemisferios norte y sur.
El equipo científico dijo que los nuevos resultados les ayudarán a aprender cómo predecir los caminos de las partículas que fluyen a través de la ionosfera y así comprender mejor cómo estas partículas pueden interferir con las comunicaciones de radio y las señales de GPS. Y resulta que el público puede ayudar, como hicieron al proporcionar fotografías de STEVE para esta investigación.
"A medida que las cámaras comerciales se vuelven más sensibles y aumenta el entusiasmo por las auroras a través de las redes sociales, los científicos ciudadanos pueden actuar como una 'red de sensores móviles', y les estamos agradecidos por proporcionarnos tantos datos para analizar", añadió el autor principal, Toshi Nishimura, Físico espacial de la Universidad de Boston.