Carl Sagan y Ann Druyan, un amor tan grande como el Cosmos

Astronomía

Carl Sagan y Ann Druyan, un amor tan grande como el Cosmos

«Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexplicable o sobrenatural».

Decía el divulgador científico Carl Sagan que "cuando estás enamorado, quieres contárselo al mundo".  Y una de las definiciones más hermosas que hemos encontrado sobre ese amor real, intenso y sincero la daba precisamente la que fue su compañera de vida, Ann Druyan.

Ann Druyan es científica y escritora, además de la directora ejecutiva de Cosmos Studios. Druyan también es la viuda de Carl Sagan, a quien conoció trabajando juntos en el llamado Disco de Oro de las Voyager en 1976, un proyecto de la NASA que mandó al espacio 118 fotografías, 90 minutos de música y saludos en 55 idiomas que siguen viajando más allá de la Vía Láctea. 

Carl Sagan y Ann Druyan también trabajaron de la mano en la épica serie "Cosmos", presentada por Sagan y en la que Druyan fue guionista.

Tras la muerte de su esposo en 1996, Ann Druyan publicó en una entrevista para la revista Skeptical Inquirer en 2003, estas bellas palabras sobre el que fue un amor inspirado por el cosmos y que queremos compartir con nuestros lectores este 14 de febrero, día de los enamorados.

«Cuando mi esposo murió, era tan famoso y conocido por no ser creyente, que muchas personas me preguntaron –y todavía me pasa a veces– si Carl había cambiado y se había convertido al final en un creyente en la vida después de la muerte. También me preguntaron con frecuencia si creo que lo volveré a ver. Carl se enfrentó a su muerte con coraje y tenacidad y nunca buscó refugio en ilusiones. La tragedia fue que los dos sabíamos que nunca nos volveríamos a ver.

No espero volver a reunirme con Carl. Pero lo más grandioso es que mientras estuvimos juntos, por casi 20 años, vivimos con una apreciación real de lo breve que es la vida y lo preciosa que es. Nunca trivializamos el significado de la muerte fingiendo que era algo más que una separación definitiva. Cada momento que estuvimos vivos y estuvimos juntos fue milagroso, pero no en el sentido de inexplicable o sobrenatural.

Sabíamos que habíamos sido beneficiados por el azar... Que el azar puro haya sido tan generoso y tan amable que nos pudimos encontrar, como Carl escribió tan bellamente en "Cosmos", ya sabes, en la inmensidad del espacio y la inmensidad del tiempo... que hayamos podido estar juntos durante veinte años. Eso es algo que me sostiene y que es mucho más significativo... la forma en que me trató y en que lo traté, la forma en la que nos cuidábamos el uno al otro y a nuestra familia mientras vivió. Esto es mucho más importante que la idea de que lo volveré a ver algún día.

No creo que vuelva a ver a Carl nunca más. Pero lo vi. Nos vimos el uno al otro. Nos encontramos el uno al otro en el cosmos, y eso fue maravilloso».

Ann Druyan

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