Astronomía
Nuevos y sorprendentes indicios de agua en Júpiter
Científicos de la NASA consiguen “adentrarse” en las profundidades de la Gran Mancha Roja y aportan nuevas pruebas sobre posible agua en el planeta.
Durante siglos, los científicos han trabajado para comprender la composición de Júpiter. No es de extrañar: este misterioso planeta es, de lejos, el más grande de nuestro sistema solar y, químicamente, el más cercano al Sol. Comprender a Júpiter es clave para aprender más sobre cómo se formó nuestro sistema solar, e incluso sobre cómo se desarrollan otros sistemas solares.
Pero una pregunta crítica ha atormentado a los astrónomos durante generaciones: ¿hay agua en Júpiter, dentro de las profundidades de su atmósfera, y si es así, cuánta?
Gordon L. Bjorake, un astrofísico en el Goddard Space Flight Center de la NASA, y su equipo han acercado a la comunidad de investigadores jovianos la respuesta.
Al mirar desde telescopios terrestres a longitudes de onda sensibles a la radiación térmica que se filtra desde las profundidades de la tormenta persistente de Júpiter, la Gran Mancha Roja, detectaron las firmas químicas del agua sobre las nubes más profundas del planeta. La presión del agua, concluyeron los investigadores, combinada con sus mediciones de otro gas portador de oxígeno, el monóxido de carbono, implica que Júpiter tiene de 2 a 9 veces más oxígeno que el Sol. Este hallazgo respalda modelos teóricos y de simulación informática que han pronosticado agua abundante (H2O) en Júpiter hecha de oxígeno (O) unida al hidrógeno molecular (H2).
La revelación fue emocionante, dado que el experimento del equipo podría haber fallado fácilmente. La Gran Mancha Roja de Júpiter está llena de densas nubes, lo que dificulta la salida de la energía electromagnética que es la que muestra a los astrónomos cualquier cosa sobre la química interna.
"Resulta que no son tan gruesas como para bloquear nuestra capacidad de ver profundamente", dijo Bjoraker. "Esa ha sido una agradable sorpresa".
La nueva tecnología espectroscópica y la pura curiosidad le dieron al equipo un impulso para espiar en lo más profundo de Júpiter, que tiene una atmósfera a miles de kilómetros de profundidad.
Los datos recopilados por Bjoraker y su equipo complementarán la información que la nave espacial Juno de la NASA está recolectando mientras circula alrededor del planeta de norte a sur una vez cada 53 días.
Entre otras cosas, Juno está buscando agua con su propio espectrómetro infrarrojo y con un radiómetro de microondas que puede sondear más profundo de lo que nadie ha logrado ver: hasta 100 bares, o 100 veces la presión atmosférica en la superficie de la Tierra. (La altitud en Júpiter se mide en bares, que representan la presión atmosférica, ya que el planeta no tiene una superficie, como la Tierra, desde la cual medir la elevación).
Si Juno arroja resultados similares sobre el agua en Júpiter, respaldando así la técnica de Bjoraker, se abriría una nueva ventana para resolver el problema del agua más allá de Júpiter y podría “aplicarse la nueva técnica en en otros lugares, como Saturno, Urano o Neptuno, donde no tenemos un Juno", dijo Amy Simon, experta en atmósferas planetarias de Goddard.