Astronomía
¿No existe el Planeta Nueve?
La gravedad colectiva podría explicar las órbitas extrañas de los objetos al borde del Sistema Solar sin necesidad de un misterioso planeta
Recientemente, a finales de mayo, un equipo internacional de investigadores presentó nueva prueba de la existencia del desconocido Planeta Nueve al margen de nuestro sistema solar. La evidencia provenía del análisis de un objeto extraño en el sistema solar exterior (2015 BP519 o también conocido como Caju) cuya órbita inusual había sido predicha por los astrónomos que han estado buscando el noveno planeta desde 2016. La semana pasada, sin embargo, otros astrónomos de la Universidad de Colorado presentaron, en una conferencia de prensa en la American Astronomical Society, pruebas de que el Planeta Nueve podría no necesitar existir.
Ann-Marie Madigan, quien lidera el grupo, señaló que las interacciones a modo de parachoque en los bordes de nuestro sistema solar, y no un misterioso noveno planeta, pueden explicar la dinámica de cuerpos extraños llamados "objetos transneptunianos".
Madigan, Fleisig y Zderic, el equipo de la universidad de Colorado que ha presentado el estudio / Crédito: CU Boulder.En el nuevo estudio, los investigadores observaron cuidadosamente las órbitas de algunos de estos objetos. Por ejemplo, observaron Sedna (en la fotografía principal). Este planeta menor orbita el Sol a una distancia de 12.000 millones de kilómetros, pero parece estar separado del resto del sistema solar. Estas extrañas órbitas de Sedna y otros objetos desprendidos son las que llevaron a los astrónomos de Caltech Mike Brown y Konstanin Batygin a proponer un Planeta 9 en primer lugar.
Brown y Batygin habían sugerido que un noveno planeta aún no encontrado, cuatro veces el tamaño de la Tierra y 10 veces la masa de la Tierra, podría estar al acecho más allá de Neptuno. Sugirieron que la gravedad del planeta desconocido estaba influyendo en las órbitas de los "objetos separados". Desde 2016, los astrónomos de todo el mundo han estado buscando el Planeta Nueve, pero nadie lo ha encontrado todavía.
Mientras tanto, Madigan, Fleisig y Zderic, de la universidad de Colorado, han explorado una nueva idea sobre las órbitas de estos cuerpos del sistema solar exterior. Los nuevos cálculos muestran que las órbitas podrían ser el resultado de estos cuerpos empujándose unos contra otros y de los desechos espaciales en el sistema solar exterior. En ese caso, no se necesitaría ningún Planeta Nueve.
“Hay tantos de estos cuerpos por ahí. ¿Qué produce su gravedad colectiva?” se preguntaba Madigan,del Departamento de Ciencias Astrofísicas y Planetarias (APS) y JILA, en un comunicado. “Podemos resolver muchos de estos problemas simplemente teniendo en cuenta esa pregunta.
Madigan señaló que el sistema solar exterior es un lugar inusual, gravitacionalmente hablando. “Una vez que te alejas de Neptuno, las cosas parecen no tener sentido, lo cual es realmente emocionante”.
Entre las cosas que no tienen sentido: Sedna. Este planeta menor tarda más de 11,000 años en circunnavegar el Sol de la Tierra y es un poco más pequeño que Plutón... Sedna y otros objetos desprendidos completan enormes órbitas circulares que no les acercan a planetas grandes como Júpiter o Neptuno. Cómo continúan avanzando por sí mismos sigue siendo un misterio.
El equipo de Madigan encontró una posible respuesta. Jacob Fleisig, un estudiante de astrofísica en CU Boulder, se dedicó a desarrollar simulaciones por computadora para explorar la dinámica de las órbitas, calculando que estos objetos orbitan alrededor del sol como las manecillas de un reloj (asteroides como minutos, objetos más grandes como Sedna, horas).
“Ves un montón de órbitas de objetos más pequeños a un lado del sol” señalaba Fleisig, autor principal de la nueva investigación. “Estas órbitas se estrellan contra el cuerpo más grande, y lo que sucede es que esas interacciones cambiarán su órbita de una forma ovalada a una forma más circular”.
En otras palabras, la órbita de Sedna va de normal a distante debido a esas interacciones a pequeña escala. Los hallazgos del equipo también coinciden con las observaciones recientes. La investigación de 2012 señaló que cuanto más grande es un objeto separado, más alejada está su órbita del sol.
Estos astrónomos dicen que sus hallazgos pueden proporcionar pistas sobre otro fenómeno: la extinción de los dinosaurios. A medida que los desechos espaciales interactúan en el sistema solar exterior, las órbitas de estos objetos se tensan y ensanchan en un ciclo repetitivo. Este ciclo podría terminar disparando cometas hacia el sistema solar interior en una escala de tiempo predecible. “Si bien no podemos decir que este patrón mató a los dinosaurios, es tentador”, admitía Fleising.